Leyendo un artículo del blog Inspirulina.com titulado "El conductismo fashion" (http://www.inspirulina.com/el-conductismo-fashion.html) no pude evitar pensar sobre el tema y rápidamente conectarme con la Pedagogía, la Enseñanza Andragógica y las Teorías del Aprendizaje. ¿Cómo aprendemos las personas? ¿Existen diversos niveles del aprendizaje o del cambio? ¿Es conveniente alinearse con una visión parcelada del aprendizaje y no considerar la realidad multidimensional del hombre?
Mi comentario al artículo, que les recomiendo leer ya que versa sobre una manera de criar y/o enseñar, fue lo siguiente:
En principio, el tema es harto interesante e importante.
Rápidamente me hizo recordar el programa de la "Superniñera" británica que pasan en la TV por cable (no recuerdo el canal ahorita). Ese programa nos interesó a mi esposa y a mí como psicólogos, sin ser de la tendencia conductista. Consideramos que no dejaba de ser interesante porque algo aprenden los padres, ciertas nociones básicas que creo no podemos obviar: el aprendizaje puede verse influido por las consecuencias contingentes a las conductas que emitimos, y la comunicación es muy importante en el proceso de crianza (la Superniñera les enseña a los padres comunicación asertiva). Y estos dos elementos no deja de ser válido en su nivel y grado en la crianza de los niños, aunque Bandura (con su conductismo cognitivo-social o aprendizaje vicario o social) demostró que el aprendizaje no sólo se daba por reforzamiento, sino también por modelaje: al observar lo que hacen los demás (sobre todo los padres) y evaluar las consecuencias que siguen a las conductas de dichos modelos (reforzamiento o castigo vicario). Bandura elevó el proceso de aprendizaje a un nivel más propio de lo humano, pero no hay que olvidar la validez de los principios de reforzamiento, castigo y extinción, sin caer en el error de reducir el aprendizaje a ellos ni a el enfoque conductista skinneriano y mucho menos a la simple búsqueda de crear niños obedientes. El que se busquen criar niños así no invalida que estos principios sirvan ni el hecho que los usamos de manera consciente o inconsciente.
Valga decir, para aclarar bien mi postura: no soy conductista, pero considero que sus principios, sobre todos sin olvidar a Bandura, operan en un nivel de nuestra proceso de aprendizaje, así como en un nivel superior el aprendizaje constructivista y humanista (con su consideración respecto a la intencionalidad de la conducta, los valores, el respeto por la persona, la promoción de la autorrealización, etc.) también manifiestan su validez. Reducir el proceso de aprendizaje a los principios conductistas pavlovianos y skinnerianos es un error, y negarlos (obviando su participación en nuestros procesos de socialización primaria y secundaria) es otro error. En un nivel de análisis e intervención operan estos principios del aprendizaje, tal como lo podemos apreciar al considerar los Niveles Neurológicos de la PNL creados por Robert Dilts a partir de los Niveles Lógicos del aprendizaje y el cambio de Gregory Bateson (ver imagen anexa).
Podemos ver en el gráfico arriba expuesto que hay un nivel de intervención conductual donde tendrán mayormente cabida las intervenciones basadas en los principios y metodologías skinnerianos, entre otras, y hay niveles mayores donde se propician cambios o aprendizajes a nivel de valores y creencias, que muy seguramente afectarían los niveles inferiores: un principio de los Niveles Neurológicos es que cambios en un nivel específico (por ejemplo, a nivel de las conductas, o de las capacidades, o de los valores) provocará con muy alta probabilidad cambios en los niveles inferiores, pero no necesariamente inducirá cambios en los niveles superiores).
Buscar erigir una sociedad solamente sobre la plataforma "tecnológica" de los principios conductistas del reforzamiento y el castigo me parece una locura, tal como se muestra en la película "La naranja mecánica" (que es una novela), donde imperan valores netamente instrumentales, tecnocráticos, sin considerar valores de otro orden, como los que establece el Humanismo, por ejemplo. Pero, a la vez, no desaprovechemos los aprendizajes que operan a nivel conductual y por modelaje (Bandura) y/o modelado (PNL, Aprendizaje Dinámico de Dilts). Es decir, el aprendizaje conductista skinneriano al que hacen alusión en el artículo de "Inspirulina" tiene su sentido en determinados momentos y por ello es racional su uso: todo dependerá de lo que quieres obtener, pero todos entramos en el juego de buscar modificar conductas y a los niños pequeños considero inevitables el irle moldeando sus conductas. Claro, me parece válido la crítica de
Buscar erigir una sociedad solamente sobre la plataforma "tecnológica" de los principios conductistas del reforzamiento y el castigo me parece una locura, tal como se muestra en la película "La naranja mecánica" (que es una novela), donde imperan valores netamente instrumentales, tecnocráticos, sin considerar valores de otro orden, como los que establece el Humanismo, por ejemplo. Pero, a la vez, no desaprovechemos los aprendizajes que operan a nivel conductual y por modelaje (Bandura) y/o modelado (PNL, Aprendizaje Dinámico de Dilts). Es decir, el aprendizaje conductista skinneriano al que hacen alusión en el artículo de "Inspirulina" tiene su sentido en determinados momentos y por ello es racional su uso: todo dependerá de lo que quieres obtener, pero todos entramos en el juego de buscar modificar conductas y a los niños pequeños considero inevitables el irle moldeando sus conductas. Claro, me parece válido la crítica de
Hablando con una amiga psicóloga y profesora de la universidad donde trabajo, ella me hizo ver como muchos estudiantes y docentes de la upel tienden a tenerle un rechazo visceral al conductismo y a establecer una coalición apasionada con el constructivismo, pero es interesante lo que pasa cuando se les hace ver cómo usan los principios conductistas de manera "inconsciente" en su práctica docente y de crianza con sus hijos.
Definitivamente, aprendemos de muchas maneras, porque somos entes multidimensionales (ver imagen anexa de nuevo).