PENSAMIENTOS SUGERENTES

"Conócete a ti mismo".
Sócrates, recordando la sentencia del dios Apolo, inscrita en la entrada del Templo de Delfos

"No es mirando a la luz como se vuelve uno luminoso, sino vertiendo luz en la propia oscuridad."
Carl Gustav Jung

"En general, los hombres no quieren que se les enseñe a pensar bien; prefieren que se les diga qué han de creer."
K. Gunnar Myrdal

"Una virtud básica del hombre es el pensamiento. ... Y tu vicio básico, la fuente de tus males, es ese acto antiético que algunos practican pero que no desean admitir: el acto de dejar la mente en blanco; la voluntaria suspensión de la propia conciencia, la negación a pensar; no la ceguera, sino el rechazo a ver, no la ignorancia, sino el rechazo a conocer."
Ayn Rand. La rebelión de Atlas.

"No querría con esta obra ahorrar a los demás el que piensen; al contrario, si fuera posible, querría incitarlos a pensar personalmente."
Wittgenstein

domingo, 7 de agosto de 2011

SOBRE EL REPETIDO ROLLO DE LA PAREJA

Conversando con una amiga que también "le mete" a las letras, le hice un comentario que quiero exponer ante el crisol virtual, y ver qué impresiones recojo de los sentires y pensares de aquellos que me lean.

El contexto de la frase es: Ya que mi amiga está en situación difícil con su pareja, le dije que tal vez sería conveniente aquello de "a Dios rogando y con el mazo dando". Y ella, que no le faltan espuelas, muy oronda respondió que le pasara el mazo para atestárselo a quién todos nos imaginamos debiera.

Y aquí va la frase que acto seguido, como amigo, le dije: En ocasiones los hombres necesitamos de ello, por ser en muchos casos "brutazos emocionales" ocasionales o padecer de "brutilupismo afectivo" crónico.

¡Son mis formas cada vez más frecuentes de traducir psicoliterariamente en español, con salero de mi Ser, la retahíla de categorías diagnósticas que tanto nos encasquetan en la cabeza!

Con esta frase no denigro del (mi) gremio masculino, sino que pongo en el tapete un problema históricamente añejo, que todavía está ranciamente presente. Sé que igual muchos me caerán encima, pero, ¡ni modo! Ser congruente con mi sentir y pensar debo, dejando acotado que no todo es malo, aunque también ante esto saltarán señoritas y señoras muy maltratadas que nada de bueno nos verán al gremio.

Es un problema psicocultural de la Sombra colectiva venezolana respecto al tremendo grado de divorcio que los hombres arrastramos entre nuestra sensibilidad y nuestra sexualidad. O si lo quieren de otra forma: la separación o escisión (general! habrán sus excepciones!) entre  la capacidad de amar (y lo que ello conlleva de ser vulnerable emocionalmente, entregarse y fusionarse con la mujer amada) y los dictámenes de los cojones. O como las féminas dicen: "¡pensar exclusivamente con la cabeza de abajo!"

¡Esta es una de las principales razones de tanto desencuentro entre las parejas! ¡En muchos hombres campea la escogencia de dos mujeres para dos roles que en su mente considera incompatibles: la santa para esposa y mujer de la casa, y la zángana o zorra para la cama! ¡Y esto es trágico señores y señoras! Porque dense cuenta de la dificultad de tales hermanos de mi gremio tienen al inconscientemente, ¡no poder reunir en una misma mujer la santidad (¡que no es beatería! ¡ojo!) y la orgía anhelada! ¡Tremendo rollo! Que le dificultará el acceso de poner volar en oleadas de orgasmos y amor en abrazos con su pareja. O como vemos en la película de Eliseo Subiela, "El lado oscuro del corazón", ser hombre más integradito: tener mejor unidas su torreón y su mazmorra. Y por ello poder salir a buscar la "mujer que vuela". ¡Que lo ponga a volar, pues! Quién tenga oídos u ojos, que escuche y vea.

[Nota: hay mujeres que no ponen a volar ni siquiera a un papagayo. También hay de nuestras féminas quienes un mal código psicosexual-cultural cargan a cuesta. Fin de la nota]

De allí que todavía se vea [con formas de variaciones sobre un mismo tema o de "dime de qué tanto presumes y te diré de qué careces"] lo que Freud y Jung psicoanalíticamente diagnosticaron en su tiempo de sexualidad victoriana, de cuyos coletazos culturales seguimos padeciendo secuelas.

Aprender a reconocer los entuertos psicoculturales que los del gremio arrastramos es preciso, porque si no la historia de pareja no tendrá final feliz: repetición de la larga estela de aventuras, sin "haber volado" con real potencia orgásmica ni un poquito, ¡y menos el planear aunque esa un ratico en los Cielos del Supremo Placer!.

Es bastante la tela que hay que cortar de este tema. Baste esto por ahora.

Fluyo vertiendo Luz donde las sombras se señorean. Estoy, con este escrito, más en paz con mis entrañas y con mi conciencia.

Wladimir Oropeza Hernández
Psicólogo de la Psique

martes, 3 de mayo de 2011

Sobre este viejo hábito de golpearnos con la misma piedra

La conciencia de fracaso y el principio de adversidad en la vida individual y colectiva



Como bien dice López-Pedraza, escribir sobre este tema, tomando en cuenta la tremenda orientación de nuestra cultura occidental hacia el culto extremo del éxito, hacia el triunfalismo, es complicado, ya que el proponer una entrada de la conciencia en estas aguas se hace difícil, porque lo relativo al fracaso (aquello que se repite como desastre, naufragio, desencanto , una y otra vez, aunque los episodios vistan diferentes ropajes) es objeto de una fuerte represión, no queriendo la gente en general saber de esto. Dice López-Pedraza que tomar conciencia de este aspecto (la conciencia del fracaso, de sus factores) nos empuja a un acto de reflexión (y pudiéramos agregar de valentía y honestidad), valga decir, a hacer un alto dentro de la locura y agitación en la que vivimos, para volcar la mente hacia adentro de nosotros (en lo individual y colectivo) y concientizar un movimiento psíquico que nos hace resistencia ante nuestros intentos de avance y nos invita a su reconocimiento.


Comenta el autor que la conciencia de fracaso se puede evidenciar en sus primeros pasos cuando alguien decide entrar en psicoterapia (o también al realizar una búsqueda espiritual auténtica, no “ligth”, agregaría) y dice estar experimentando una crisis o usa palabras similares. Pero ello no asegura que tome conciencia de la dimensión de su fracaso y de sus implicaciones, en términos de una necesidad de reorientar su vida. Más bien se puede buscar reforzar, con la psicoterapia, sus fantasías de triunfo y éxito. Esto puede deberse a la presión de lo colectivo:


Es fácil ver, a través de la historia, que la familia, la sociedad y lo colectivo han exigido y se han interesado solamente por el triunfo. … Visto desde la polarización que conlleva la conciencia colectiva, cuanto cae bajo el término fracaso está reprimido y descartado. Demandamos triunfo y esta demanda es tan imperiosa que se debe triunfar cueste lo que cueste, saltando las barreras que haya que saltar, sean las que sean; la única consigna es el triunfo y, frecuentemente, un triunfo hecho deber (López-Pedraza, 2000).


La demanda de triunfo se vuelve, entonces, repetición compulsiva, en nuestra vida individual y colectiva; un dar una y otra vez con la misma piedra. Es necesario aprender a bucear en las aguas de estas profundidades psíquicas individuales y colectivas, para concientizar nuestros automatismos psíquicos inconscientes de fracaso y aprender a resolver estas complejidades ideoafectivas, porque “…un complejo (trozo de historia) que no se reflexiona, es decir, que no se hace consciente, se repite y aparece en nosotros con potencial destructivo” (López-Pedraza, 2000).


No es poco frecuente encontrar personas adultas, entre los cuarenta y cincuenta años, viviendo la misma(s) fantasía(s) que gestaron durante su adolescencia sin pasar a revisar las condiciones de posibilidad que permitirían hacerla(s) factible(s), lo cual es indicación de existir en ellos una parálisis psíquica que no ha sido reflexionada ni, por ende, superada.


La experiencia de fracaso, abordada de manera adecuada, sin actitudes de ninguneo, puede ser la fuente de una conciencia distinta, más armónica y con reales posibilidades de materializar sus proyectos. De allí, desde esta óptica de la psicología arquetipal, la necesidad de una entrada en el ámbito de lo inconsciente para salir de nuestra noria de mismidades: nuestra “historia detenida” (Herrera Luque) o de “el pasado que no pasa” (Pino Iturrieta); reconocer que necesitamos “ver y aprender del lado más oscuro, del lado opuesto y reprimido [de nuestra vida], y que [necesitamos] tener una conciencia bien dispuesta para reconocerlo y valorizarlo” (López-Pedraza, 2000).


Es por la necesidad de reflexión de estos aspectos no reconocidos, inconsciente, generadores de una inercia psíquica opuesta a nuestras metas conscientes, que un filósofo francés, Jean Ladrière, llegó a establecer el Principio de Adversidad: existen en el ser humano aspectos suyos inconscientes, individuales y colectivos, que adversan, se oponen, a nuestros proyectos, igualmente individuales y colectivos, haciéndonos morder el polvo del fracaso.


La adversidad introduce la contradicción: ella opone al proyecto una fuerza que obra en sentido inverso, que compromete su realización e incluso a veces lo destruye.


Tenemos que vérnoslas aquí con lo que ocurre de manera inesperada en la historia, con el puro accidente, con la contingencia del acontecimiento, pero también con esos efectos indirectos producidos por la misma acción, sin haber sido expresamente queridos y que incluso son, exactamente, la inversa de aquello que había sido deseado… (Ladrière, 2004)


En política, el principio de adversidad ha sido llamado la “alquimia de la política”. Dice Romero (2002) que en las dinámicas sociales se aprecian elementos que modifican las intenciones colectivas y trastocan sus propósitos:


…generando así amplio espacio para el análisis de la «alquimia» mediante la cual aquello que deseamos lograr acaba con frecuencia convertido en lo contrario de lo que aspirábamos. De allí… que el esfuerzo orientado a anticipar las consecuencias no intencionales y muchas veces no deseadas de nuestra acción es una tarea legítima, quizás la más importante de las ciencias sociales. En su momento Maquiavelo también advirtió la extraña y sorprendente «alquimia» de la política, mediante la cual el bien en ocasiones se transmuta en mal, y éste en bien, y acciones que se planificaban para obtener un fin terminan por producir otra cosa muy diferente (Romero, 2002).


Jung denominó a estos aspectos inconscientes del ser humano con el término “sombra”: en general son componentes psíquicos de los cuales no tenemos consciencia y que normalmente proyectamos o ponemos en los demás, generalmente expresiones polarizadas de nuestra personalidad consciente, el yo psicológico que nos vivimos ser a diario en vigilia. Y ya que la realidad se manifiesta de forma polar, nuestra sombra viene siendo la polaridad de nuestro yo consciente, nuestro alter ego. Y con una ley llamada enantiodromía señala que toda polarización implica la emergencia de su lado contrario, que toda acción polarizada consciente dará luego paso a una reacción inconsciente que es su contrario o polo opuesto. Valga decir, considerando la novela de Robert Louis Stevenson “El extraño caso del Dr. Jekyll y el señor Hyde”: toda acción del Dr. Jekyll lleva a una manifestación de la reacción de Mr. Hyde.


Llamo enantiodromía a la aparición, especialmente en sucesión temporal, del principio opuesto inconsciente. Este fenómeno característico se da en casi todos los sitios donde una dirección extremadamente unilateral domina la vida consciente, de modo que se forma en el tiempo una posición opuesta inconsciente dotada de idéntica fuerza, la cual se exterioriza primero por la inhibición del rendimiento consciente y más tarde por la interrupción de la dirección consciente (Jung, 2000).


Entonces, allí donde haya polarización: sea en la vida individual, en una postura psíquica personal, o en política (en la actitud de los políticos y en la esfera colectiva), por enantiodromía veremos a posteriori emerger desde la sombra (individual o colectiva) la actitud o la emocionalidad contraria, que se darán la mano, demandando reconocimiento (“lo extremos se tocan”).


Arquetipalmente, hay tres componentes que contribuyen a impedir la toma de conciencia del fracaso: el “puer aeternus” (el eterno adolescente), la histeria y el psicopático. El primero es un aspecto de la psique que rige la vida de la infancia y la adolescencia. Se manifiesta, sobre todo, en el vivir apresurado que por su extremada velocidad, que lo lleva a un mundo de irrealidad, le resulta imposible o muy difícil pisar tierra (como es propicio del arquetipo del “senex”). La persona regida por este componente arquetipal (así como lo refleja el personaje de El Principito, con su vida estratosférica), tendría que aprender a planear, descender y tocar tierra. De lo contrario, en algún momento puede padecer de un aterrizaje forzoso con consecuencias desastrosas.


En el caso del componente histérico presente en todo ser humano, sea hombre o mujer, un aspecto que dificulta la conciencia de fracaso es su superficialidad psíquica: lo que le pasa se mantiene a un nivel epidérmico y no se hace vivencia psíquica profunda y consciente, no se torna experiencia consciente al tocar la historia personal ni colectiva. En el ejercicio histriónico se evidencia una actitud fuertemente irreflexiva por lo cual se torna muy difícil tomar conciencia de la “superficialidad repetitiva y destructiva” (López-Pedraza, 2000), acompañada por pseudoopiniones y actitudes exageradas. Sobre todo se dificulta la conciencia de fracaso cuando se vive este componente histérico desde una psicología de cuento de hadas: en la que “la fantasía el castillo encantado no admite discusión ni reflexión” (López-Pedraza, 2000). Este aspecto se nos hace muy común en muchas chicas que asumen el amor con esta tónica, e igualmente en muchos que tienen una posición política con ideales vividos histéricamente. Y, por último, uno de los instrumentos muy a la mano del componente histérico es la culpa, de allí “que la histeria tiene a su disposición un spectrum infinito de posibilidades para culpabilizar a cualquiera, a cualquier cosa, con tal de no aceptar la conciencia de fracaso" (López-Pedraza, 2000). Esto nos recuerda a la dama que denuncia a todos los hombres, o al político que culpabiliza a todo agente externo o tenido por enemigo.


El último componente pseudo-arquetipal mencionado por el autor es el psicopático, el cual tenemos todos los seres humanos, y que se manifiestan de manera abrupta en la personalidad, en las conductas excesivas, desmesuradas, del ser humano. Pero se nos hace muy difícil aceptar que en nosotros se alojan aspectos “desalmados”, que incluso expresan unos niveles de maldad soterrados que ni siquiera sospechamos. O al decir del autor: “en esto consiste la personalidad psicopática: donde debería haber alma, psique, experiencia de vida, viviencia interior y el sentir valoraciones propias, lo que hay es una lacunae, nada: un desalmado” (López-Pedraza, 2000). Una de sus características es su gran capacidad mimética: como carece de forma (propio de todo componente auténticamente arquetipal), se apropia de lo que le convenga del mundo exterior, adaptándose a lo que viniere,mostrándose como mejor le convenga a sus intereses.


Incluso se ven proceso de ideologización que evitan la toma de conciencia de fracaso, como el que experimentamos desde hace muchos años en relación a nuestra historia patria:


El culto a la figura histórica de Bolívar dista mucho de ser una creación literaria, nacida del patriotismo exaltado de sensibilidad superexcitada de uno o de varios escritores. …Su función ha sido la de disimular un fracaso y retardar un desengaño (Carrerta Damas, 1983).


De allí que sea necesario, como se ha repetido, la reflexión, para tener conciencia del fracaso y así evitar la repetición de situaciones que evidencian una coagulación de la vida individual y/o colectiva. “Somos perseguido por aquello que, siendo tan ajeno a nuestra naturaleza consciente, a ésta le es difícil aceptar o tolerar” (López-Pedraza, 2000). Al tomar conciencia de los componentes internos que nos llevan al fracaso, dejando de proyectarlos en los demás, se nos posibilita reales avances en la historia, en nuestra vida.


Wladimir Oropeza
Psicólogo clínico / Asesor Vocacional

Bibliografía


Carrera Damas, G. (1983). Simón Bolívar: escritos fundamentales. Prólogo. Caracas: Monte Ávila.


Ladrière, J. (2004). L’humanisme contemporain. En, Jean Ladrière, La Foi chrétienne et le destin de la raison. Paris: Ed. du Cerf. P. 17-33. Traducción de Vivero Nazario.


López-Pedraza, R. (2000). Ansiedad cultural. Caracas: Festina Lente.


Romero, A. (2002). Venezuela: historia y política. (2da ed). Caracas: Panapo.

Sobre los empresarios y los trabajadores (por el Día del Trabajador)

Intercambio de puntos de vistas, a propósito de la publicación de un poema de Galeano

Wladimir Oropeza
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En homenaje al Día Del Trabajador...un poema de Galeano


de Carmen Liliana Cubillos Sastoque, el Sábado, 30 de abril de 2011 a las 22:28

El origen del mundo.



Hacía pocos años que había terminado la guerra de España

y la cruz y la espada reinaban sobre las ruinas de la República.

Uno de los vencidos, un obrero anarquista,

recién salido de la cárcel, buscaba trabajo.



En vano removía cielo y tierra. No había trabajo para un rojo.

Todos le ponían mala cara, se encogían de hombros o le daban la espalda.

Con nadie se entendía, nadie lo escuchaba.



El vino era el único amigo que le quedaba.

Por las noches, antes los platos vacíos,

soportaba sin decir nada los reproches de su esposa beata,

mujer de misa diaria, mientras el hijo, un niño pequeño, le recitaba el catecismo.



Mucho tiempo después, Josep Verdura, el hijo de aquel obrero maldito, me lo contó.

Me lo contó en Barcelona, cuando yo llegué al exilio.

Me lo contó: él era un niño desesperado que quería salvar a su padre

de la condenación eterna y el muy ateo, el muy tozudo, no entendía razones.



-Pero papá- le dijo Josep llorando-. Si dios no existe, ¿quién hizo el mundo?

-Tonto- dijo el obrero, cabizbajo, casi en secreto-.

Tonto. Al mundo lo hicimos nosotros, los albañiles.



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Pedro Calzadilla

Muchas veces he llegado a pensar que Dios no se sienta a la mesa cuando esta está vacía.

El Domingo a las 3:56 • Me gusta • 2 personas

Carmen Liliana Cubillos Sastoque

Si, hay muchas situaciones en las que una piensa que Dios no está presente, por ejemplo, cuando se ve a un niño, haciendo un trabajo de adulto, a un hombre siendo explotado por su patrón, a una mujer pidiendo dinero para llevarle el pan a sus hijos...etc. Sin embargo, muchas veces la fe, nos mantiene esperanzados de que situaciones como esas serán cada vez menos.

El Domingo a las 12:15 • Me gusta• 1 persona

Wladimir Oropeza

¡Dios! Tremendo al evidenciar los pase de factura y los prejuicios, por un lado (claro, no conocemos más del obrero rojo, por aquello de mirar ambas caras de la moneda), pero a la vez, subrepticiamente, nos habla de esa idea marxista, ya ahora tenida por falsa (debido a lo tremendamente incompleta e inexacta que es), del mundo como lugar exclusivamente creado por los obreros. Cómo se ha desestimado el valor y poder de la mente para crear el mundo humano, con todos sus aciertos y desaciertos! "Darle al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios", sería mejor

o El Domingo a las 13:14 • Me gusta

Carmen Liliana Cubillos Sastoque

No podemos generalizar, para muchos/as, las ideas marxistas no se tienen por falsas, desde mi opinión, las mismas han evolucionado. Pues, cuando Marx construyó su tesis, estaba dirigida a contextos distintos a los de ahora. Con respecto a la creación del mundo por parte de los obreros, estamos hablando del origen de lo que es hoy la sociedad. Además, me parece que los obreros también han tenido y tienen capacidad de pensar y, su mente, orientó su quehacer, así como ocurre en la actualidad. De todas formas, obreros y no obreros formamos parte del género humano.

El Domingo a las 14:02 • Me gusta

Wladimir Oropeza

Bien Liliana! Me refiero a la idea original, donde había una percepción dicotómica simplista del capital/trabajo o del "Señor-siervo". Sé que para muchos esa tesis es válida, como lo fue para mí hasta hace muy poco. Y respecto a la evolución del marxismo, tengo la impresión que es muy poco lo que se comenta sobre los posmaxistas, sobre todo de Agnes Heller y Gyorgys Markus, quienes vivieron el proceso del socialismo real y despertaron del sueño en que se encontraban, para proponer un rescate de la vida democrática (sin nada de dictaduras, sean del proletariado o de quienes sean). Y no pretendí descalificar a los obreros, o a los trabajadores predominantemente manuales, quienes, como bien dices, tienen una importante función. La última frase me hizo recordar la hipervalorización del trabajador y la desvalorización del empresario, que todavía pulula en nuestro mundo. Ambos se necesitan. Y realmente Liliana, muy respetuosamente, fueron "mentes mayores" los que han construido conceptualmente los logros de la civilización, que después requirieron de los benditos músculos, esfuerzos y pensamientos (en su nivel) de los trabajadores (ya usar esta palabra implica catalogar a los creadores, empresarios o al capital como no-trabajador, cosa que es falsa). Por eso lo del darle al César y a Dios lo de cada cual.

El Domingo a las 14:17 • Me gusta• 1 persona: A Frank Renteria le gusta esto.

Carmen Liliana Cubillos Sastoque

El socialismo actual, tal como yo lo entiendo, no excluye para nada la participación democrática del pueblo. Todo lo contrario, aspira a que sea el pueblo el que conduzca sus destinos. No tengo una concepción divisionista de lo que es el pueblo. Para mí, todos somos pueblo, con sus diferencias y semejanzas. Nunca he hecho una división cuerpo-mente, siempre he abordado al hombre desde una perspectiva integral, por eso no creo en "mentes superiores", lo cual implicaría aceptar que hay mentes "inferiores". Quién o qué designa a la mente superior o "mayor". Por supuesto, hay personas que se han destacado en la construcción de la civilización y lo seguirán haciendo. Estoy segura que, si todos tuviéramos las mismas condiciones de vida para aprovechar la igualdad de oportunidades, serían muchos más los que se destacarían. No comparto la tesis capitalista, pero no he dicho que el creador no sea un trabajador, ahora lo de los empresarios o el capital, no lo podría comparar con la mayoría de los trabajadores que luchan por un salario. No dudo que trabajan, pero sus intereses son bien distintos a los de los otros trabajadores. Tampoco pienso que no deberían existir, ya están, siempre han estado, lo que uno esperaría es que la distribución de las ganancias sea un pelín más justo. Definitivamente Wladimir, pensamos distintos, pero afortunadamente, yo por mi parte, no espero convencerte con mis ideas e intuyo que tu tampoco lo pretenderías hacer. Qué bueno que exista esta vía para expresarnos libremente. Saludos.

El Domingo a las 14:40 • Me gusta • 1 persona

Wladimir Oropeza

Liliana en las experiencias que hemos visto en Latinoamérica, para quedarnos por estos lares, los intentos socialistas han resquebrajados los pilares de la democracia y los logros medianamente alcanzados. En nuestro país incluso, personas muy claras y "afectas al proceso" con las que he conversado han reconocido esto. Y estoy de acuerdo contigo en que la palabra pueblo nos arropa a todos. Pero reconociendo que "el Ser se manifiesta de muchas maneras", reconozco que mentes como la de Einstein, García Bacca, Maslow, etc., estaban por encima del promedio en ciertos aspectos, razón por la cual han trascendido en el merecido lugar que tienen. Todos tenemos talentos y virtudes, pero a la hora de medir cada una de ellas por separado, obtenemos una campana de Gauss. Habrán cosas en las que yo (cada cual) sea un mediocre, y habrán otras en las que yo (cada cual) destaque. Y apoyo tu tesis de lograr condiciones más dignas de vida para todos, pero no creo que se logre por las formas que actualmente estamos experimentando. Yo no comparto todo lo del capitalismo, pero sí es cierto que si no se produce, no hay para repartir y consumir, sino que se extiende la pobreza. De allí la Parábola de Los Talentos. Que los intereses de los empresarios y ricos son distintos, así debe ser por "florecimiento humano" en buena medida. Lo que sí creo que necesitamos es una cultura eficientemente inclusiva, de promoción de la autorrealización humana (que es diferente al mero igualitarismo practicado en los ensayos sociales que hemos presenciado en el siglo pasado y en el actual), que tanto busque una distribución más promotora de este proceso, como el aprendizaje por parte de la mayoría de nosotros, del pueblo, de actitudes de internalidad, de valorización de la riqueza y la productividad (que es más que el solo trabajar y trabajar) en base a nuestros talentos, virtudes y dones. Este nivel de valorización, de amor por sí-mismo, nos falta. Que el empresario y los gerentes, así como los ministros y personero de altos cargos públicos, tomen en cuenta tanto lo financiero, como la calidad de los procesos, las necesidades de los clientes internos y externos, y la dimensión de los empleados (mejoras de su condiciones de trabajo y de calidad de vida), proponiéndose metas de crecimiento factibles y medibles, en donde los trabajadores aporten sus esfuerzos de manera eficiente. Aprender todos a intercambiar valor por valor.

El Domingo a las 16:16 • Me gusta• 2 personas: A 2 personas les gusta esto.

Wladimir Oropeza

Tengo la impresión que pudieran ser más nuestras coincidencias que las diferencias, y me encanta compartir e intercambiar ideas contigo. Es estimulante y me ponen a tono para revisar mis puntos de vistas. No creo que pretendamos algún cambio del otro, sino evidenciar aristas o perspectivas a considerar. El hecho de que no compartamos el mismo rótulo político-económico no impide el ejercicio de la democracia. Me gusta mucho ese pensamiento de Voltaire que dice más o menos así: "No comparto tu punto de vista, pero defiendo tu derecho a expresarla". Ojalá tenga la oportunidad de conversar contigo estos puntos de vistas, porque en persona habría la oportunidad de explicarnos mejor y disfrutar de la compañía. Te agradezco por compartir tu inteligencia y tu saber. Un abrazo!

El Domingo a las 16:22 • Me gusta• 2 personas: A Carmen Liliana Cubillos Sastoque y Frank Renteria les gusta esto.

domingo, 24 de abril de 2011

La Política -y los políticos- como Espejo de la sociedad

Como ya había dicho anteriormente, toda sociedad en general (y la nuestra en particular) refleja el mundo interno de sus ciudadanos, quienes proyectan en ese "su" mundo las creencias y sentires más recónditos que habitan en su psique consciente e inconsciente.


"Mira a tu alrededor: lo que le has hecho a la sociedad, lo has hecho primero dentro de tu alma; la una es la imagen de la otra. Esta lamentable ruina que es ahora tu mundo, es la forma física de la traición que cometiste con tus valores, ... tu futuro, tu país y contigo mismo. Has sacrificado tus virtudes en provecho de tus vicios, y a los mejores hombres en provecho de los peores."


Ayn Rand 

El Principio de la Proyección nos enseña cómo la realidad tiene una función especular importantísima: reflejar lo que las personas, en última instancia, vierten desde su psique más profunda, más allá de lo que declaran en sus discursos. Y si hay un ámbito donde hemos experimentado un divorcio crónico es en el de los políticos que hemos tenido. Es un ámbito donde no hemos querido ver nuestro reflejo: lo que nuestras escogencias políticas reflejan de nosotros.



Ser político en nuestra sociedad es tanto una oportunidad de realizar valores y creencias que promuevan crecimiento humano y social, como también una forma históricamente conocida de "trepar" hacia posiciones donde se materializarán forma disfuncionales de relacionarse con los bienes públicos (concepción del botín, del saqueo, de la piñata o de la rebatiña, y no falta la concepción dadivosa y pródiga de quien se sienta el héroe salvador de turno) y con el resto de la sociedad (motivación al poder, muy presente en nosotros los venezolanos, comúnmente ligado a modelos autoritarios y personalistas).


He podido apreciar con gusto una clasificación de los corruptos en el libro "Fabricantes de miseria". En general, como los autores dicen, la experiencia de la mayoría de las sociedades ha sido de desilusión respecto a los políticos, ya que no se dedican a administrar e invertir de manera eficiente los bienes públicos sino que han manifestado patrones históricamente reconocibles.


Están los que abiertamente hacen cualquier cosa por apropiarse de los bienes del Estado, desangrándolos hasta más no poder. Ejemplos de éstos que los autores mencionan son los Salinas (Carlos y Raúl Salinas de Gortari, México, siendo Carlos el último presidente en contar con "partidas secretas") o de Alan García (Perú), el ecuatoriano Bucaram y el guatemalteco Serrano. 


Están los corruptos que usan al Estado como botín para comprar conciencias (sic). Este tipo de político complace los requerimientos abusivos y, por ende, corruptos de algunos sectores que lo apoyaron con su voto, para "ganarse sus favores". Dicen que este tipo de corrupción es silenciosa, porque el que da la carta blanca "no se mancha las manos", al no quedarse con parte del botín. "Es el político al que no le interesa el dinero o el lujo, se coloca más allá del bien y del mal, pero tolera y hasta estimula la corrupción de sus subordinados". Como ejemplo de este tipo mencionan a Joaquín Balaguer (corrupto incorruptible de República Dominicana).


Acá ellos hacen un comentario que comienza a dejar entrever la dimensión especular de los políticos respecto a la sociedad: "El asunto es peliagudo, porque en Iberoamérica ... estamos ante un fenómeno de descrédito generalizado de los políticos, como consecuencia, entre otras razones, de las desvergüenzas que hacen los gobernantes para complacer a un electorado que, simultáneamente, los premia y los condena por las mismas razones. Los eligen para que otorguen prebendas y los desprecian cuando las distribuyen. De ahí que en épocas de bonanza nuestras sociedades no sean muy críticas con la deshonestidad de los políticos. Si reparten, hasta lo reeligen sin miramientos".


Esto es un fenómeno que me hace recordar una época en la que en nuestro país se comentaba mucho que con los adecos (AD) se vivía mejor que con los copeyanos (COPEI), porque al menos aquellos robaban y repartían más. Clara indicación de los valores reinantes y que no se asumen ni se comentan como fenómeno de reflejo.


Los autores dice algo que para mí es una realidad, entre otras, no superada, aunque sea históricamente añejada: desde el tiempo en que se fundó Latinoamérica, la relación que había con el Estado era de ser un botín que permitía un rápido saqueo y enriquecimiento. "La sociedad -la clase dirigente- vivía del Estado y no al revés, que es lo conveniente". No eran figuras públicas que hicieran crecer la prosperidad económica, sino que se dedicaban a dilapidar, y este comportamiento ha quedado arraigado en nuestra psique colectiva. Y lo peor era que en los tiempos de la república y de la democracia las sociedades, más allá de sus discursos "conscientes", más que demandar transparencia, honestidad, pedían sus "tajadas, privilegios, porciones del botín". Esto, entonces, no ha cambiando mucho, como muy recientemente se decía respecto a los adecos (y no sólamente aplica para ellos). Y dentro de los militantes del partido reinante y sus simpatizantes, que tal vez no puedan llegar muy arriba, muchos quieren al menos conseguir un puesto de trabajo "seguro" para ellos y sus familiares. Esto es un rasgo de nepotismo que todavía prevalece en nosotros, aunque lo disfracemos de motivación a la afiliación -que es una motivación muy fuerte en nosotros, junto a la de poder-.


A estas alturas se evidencia algo que, insisto, no queremos ver como parte de la proyección de nuestros complejos ideoafectivos (para decirlo en términos jungianos) o de los antivalores relativos a la prosperidad (aunque se pudieran ver como valores desde el punto de vista afiliativo, familiar, pero que a la final resulta perjudicial) contenidos en nuestra inferioridad o yo inferior (nuestra sombra): "Los políticos latinoamericanos no son más ni menos corruptos que las sociedades en las que actúan. Aquí no hay víctimas y victimarios, sino un triste sistema de complicidades en el que los méritos personales suelen tener menos calado que los enchufes y las palancas. Sólo que este clientelismo envilece el aparato de gobierno hasta hacerlo prácticamente inservible". ¿Llegaríamos a decir que este es un fenómeno sólo presente en los políticos de turno y no en la mayoría de las personas que conforman la sociedad? ¿Quién diría que el clientelismo y la camaradería ha desaparecido de nuestro país?


Ya han existido intelectuales, como Uslar Pietri (1975), que nos han invitado a tomar consciencia de este fenómeno especular-proyectivo:


"El caudillo histórico fue la fuerza autóctona que llenó el vacío de poder. [Hispanoamérica] produjo de hecho... una forma de organización que estaba en pugna con los ideales republicanos a la europea, pero que correspondía profunda y estrechamente a [su] estructura económica y social... ¿por qué y cómo surgieron hombres como Don Porfirio, como Rosas, si no reflejaban el sentimiento, las inclinaciones y el ser interior de una mayoría de sus pueblos, si no eran en el más exacto concepto, intérpretes, representantes y personificaciones del más fuerte sentido colectivo existente para la hora?"


Este es el estilo de mando que todavía pervive en el mundo político (donde el personalismo campea a sus anchas; y un ejemplo del caudillismo con nuevos ropajes se observa en el mundo interior de los partidos: ¿quiénes y cómo se escogen a los candidatos generalmente?), en el mundo de las muchas empresas familiares, empresas del estado, etc. Este es el estilo de liderazgo que muchos jefes y gerentes, públicos y privados, todavía reproducen, como si su área de influencia fuera una hacienda. ¿Y respecto a nuestros presidentes? Echemos una mirada a nuestra historia... Pero lo que no concientizamos, es que el caudillismo es una manera de ser que palpita en nuestro inconsciente colectivo y emerge cuando se dan las condiciones posibles para su manifestación, por ejemplo, al llegar el caudillo en potencia a un puesto público donde tenga una cuota de poder.


Y para concluir: 


"No es nada fácil romper este círculo vicioso. Supongamos que un político honrado y moderno, sabedor de estas dolorosas verdades, decide hablar claro y en lugar de prometer colocaciones, promete establecer una administración basada en el mérito, el concurso y la utilización cuidadosa de los bienes públicos, ¿lograría el apoyo de la ciudadanía? ¿Votarían los latinoamericanos, especialmente en los países más pobres, por políticos que ignoren las necesidades materiales de sus correligionarios de partido? Probablemente tendrían grandes dificultades en salir electos porque inmediatamente entrarían en conflicto dos sistemas de valores contradictorios que suelen anidar en nuestras sociedades. Teóricamente creemos en la equidad, la meritocracia y el imperio de las reglas justas, pero simultáneamente cultivamos la lealtad al amigo en desgracia y el otorgamiento de privilegios y el trato de favor como forma de mostrar nuestra solidaridad y nuestro poder. De donde se deduce una incómoda lección: es probable que nuestros políticos se hayan ganado a pulso la mala imagen que les endilgamos. Pero es seguro que cada pueblo tiene los políticos que se merece. Que nos merecemos, que nos hemos buscado".


Hemos tenido en Venezuela, por ende, debido a nuestros valores conscientes e inconscientes, los políticos que hemos tenido, y la contracara de éstos (muchos de los actuales que critican a aquellos), en quienes se aplica lo de "los extremos se tocan".


De acuerdo al pensamiento inicial, nuestra alma se ve reflejada en la sociedad que hemos construido.


"No es mirando a la luz como se vuelve uno luminoso, sino vertiendo luz en la propia oscuridad."
Carl Gustav Jung 




“… un complejo (trozo de historia) que no se reflexiona, es decir, que no se hace consciente, se repite y aparece en nosotros con potencial destructivo.” 
Rafael López-Pedraza

Wladimir Oropeza H.
Psicólogo clínico / Asesor vocacional


Bibliografía:
  • López-Pedraza, R. (2000). Ansiedad cultural. Caracas: Festina Lente.
  • Rand, A. (2005). La rebelión de Atlas. Buenos Aires: Grito Sagrado.
  • Mendoza, P.A., Mnaner, C.A. y Vargas Llosa, A. (1998). Fabricantes de miseria. Políticos, curas, militares, empresarios, sindicatos... (2da ed). Barcelona: Plaza & Janés.
  • Uslar Pietri, A. (11 de mayo de 1975). "El caudillo ante el novelista". El Nacional, Caracas. [Citado en Carlos Rangel (1992). Del buen salvaje al buen revolucionario.]

Sobre el peso del Estado en la educación del país


“El estado interviene, por derecho propio, en la organización de la educación del país, y orienta, según su doctrina política, esa educación."...... “…en un país cualquiera, en una época cualquiera, es inconcebible que el estado deje abandonada al capricho de las actividades particulares la orientación y formación de la conciencia de los ciudadanos…”

Luis Beltrán Prieto Figueroa

A raíz de este pensamiento, publicado por mi exprofesora Liliana Cubillos, a quien estimo en alto grado, publiqué algunas reflexiones que quiero compartir.



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      • Orlando Tipismana Neyra

         Y ¿Cómo los ciudadanos desarrollamos conciencia de nutrir y fortelecer a ese estado de esa necesidad? Siempre me ha intrigado ¿Cuál es nuestra responsabilidad?

        Hace 23 horas · Me gusta


      • Carmen Liliana Cubillos Sastoque

        Partiendo de que la orientación política está fundamentada en una doctrina democrática, participativa y protagónica,
        tal como lo establece nuestra constitución, la responsabilidad de los ciudadanos es muy amplia y compleja. Primero, en el seno familiar,
         se debe aplicar un estilo autoritativo, democrático, donde los integrantes del grupo vayan interiorizando valores, convenciones, etc.
         que les permita comportarse como hombres y mujeres libres, responsables, solidarios, tolerantes, entre otras cosas.
         Segundo, que esas enseñanzas alcanzadas en el hogar, se apliquen en los otros contextos de desarrollo, como la escuela,
         la comunidad vecinal, etc. Mientras más democráticos, participativos y protagónicos de nuestra educación seamos, más mensajes
         le estamos enviando al estado, en cuanto a que la doctrina que éste pregona es la que nos hace libres. También, que cuando el
         ciudadano considere que el estado no está cumpliendo con la doctrin ajustada a lo que la constitución dice, seamos activos en reclamar
         que se retome el camino. Por el momento esto es lo que se me ocurre. Pues, si bien creo y defiendo el estado docente, me parece que
         la responsabilidad de la educación es de todos, aunque los lineamientos deben venir del estado.Hace 22 horas ·  · 



      • Jimmy Jones que se entienda bien,el estado,no el gobierno ,el gobierno a veces se cree el estado ,ojo con eso
        Hace 21 horas ·  ·  2 personas

      • Carmen Liliana Cubillos Sastoque Por supuesto, el estado permanece, los gobiernos cambian.
        Hace 20 horas ·  ·  1 persona

      • Orlando Tipismana Neyra 
        Por esta razón. La responsabilidad ciudadana comienza desde el estado que la constituyen personas que eligen a una persona que
        cumpla con sus mandatos (gobierno). ¿Porqué dejamos que estos gobiernos de turno, tomen decisiones -populistas, autoritarias-
        clientelistas, etc- con el objeto de sesgar ese mandato.? Sostengo que a la luz de las evidencias, los ciudadanos mejor informados hoy
        que ayer,  debemos asumir nuestro rol, de pasar de un elemento pasivo a activo de la toma de decisiones de nuestro estado para que
         un determinado gobierno las cumpla. Acá en Perú las personas han tomado decisiones más en función de su responsabilidad, las
         decisiones de elegir a alguien está dada por su exclusión, que si bien es cierto esa exclusión no se jusitifica, su voto es muy es
         desinformado sobre lo que realmente les puede beneficiar. Un ejemplo es la llamada "pensión 65" fracasado incluso en los países
         desarrollado. Nadie puede tener pues una pensión sin haber producido. Salvo que sean personas en condiciones desiguales, del cual
         no es el caso en Perú. Esa supuesta población desplazada tiene más tierras que cualquier ciudadano medio que tiene una profesión.

        Hace 20 horas · 

      • Carmen Liliana Cubillos Sastoque 
        El gobierno que hoy rige nuestro país, se inicia con una nueva constitución que, de manera general, modificó el funcionamiento de
         varias instituciones que conforman el estado y que deben velar por el cumplimiento de la misma. Desde mi punto de vista, las personas
         han sido muy activas para ir a favor o en contra de lo estatuido, o por lo menos, de la interpretacón que hacen de lo estatuído.
         Tal es el caso que, hasta un golpe de estado, muy breve, afortunadamente, ha resultado. También, un golpe petrolero, un golpe
         económico, etc. y una situación de confrontación muy difícil. El gobierno, con todas sus contradiciones, errores, omisiones, ha tratado
         de ser respetuoso de las instituciones, aunque habrá otras personas que no lo consideran así y que no son mayoría, como lo intentan
         hacer ver. Generalmente, de manera equivocada, se considera a un gobierno populista, cuando atiende las necesidades de las
         mayorías excluídas. Yo no lo considero así, Aquí se está tratando de proporcionar las mismas condiciones, para que se pueda optar
         por la igualdad de oportunidades. Posiblemente, porque las personas están mejor informadas que ayer, es por lo que son muy
         participativas en la toma de decisiones. Antes, la mayoría de las personas de mi país eran invisibles, hoy son vistas, oídas y participan
         enla construcción de una sociedad más inclusiva. Con relación a su país, no suelo hablar de lo que ocurre afuera, sólo me gustaría
         que se integrara más a latinoamerica y que el gobierno que Ustedes elijan, sea el que realmente le de respuestas a todos los que
         conviven en ese lindo país.

        Hace 20 horas ·  ·  

      • Orlando Tipismana Neyra 
        Aunque no compartamos el mismo punto de vista. Los que hemos participado desde el aparato del estado y desde la educación
        dentro del estado, lo único que hemos visto es que, le Reforma Agraria en nuestro país, ha hecho más pobres a los pobres y ahora
         no tienen tierra tuvieron que venderla, porque no los educaron, no los entrenaron. Los tienen, los "oportunistas" aquello que
         justamente decían ser muy virtuosos en su defensa del desposeído. Se han combatido las grandes mineras estos años. Hoy, tenemos
         minería informal de tal magnitud, que lo único que hemos logrado es más contaminación de la que ya antes había. Quienes han
         promovido la "inclusión social", han motivado mayor exclusión social. En fín, habría un sinnúmero de experiencias que decir. Y, sin
         olvidar sobre la educación, se habla de cero analfabetismo, pero ese proceso de alfabetización es básico, no sostenible y desfasado.
         Se habla de mejora en la educación de calidad, solo es un discurso. Ni hablar. Dejemóslo ahí. No conozco la verdadera realidad de
         otros países, dado que un publicación periodística no necesariamente refleja la realidad tal como se debiera ver. Pero el tema es muy
         agudo y preocupación genera.
        Hace 20 horas ·  ·  1 persona

      • Carmen Liliana Cubillos Sastoque Muchas gracias por sus respuestas. Fue interesante debatir con Usted. Espero que algún
        día pueda tener una visión más cercana a la realidad de mi país, de la que suelen reflejar los medios. Saludos.
        Hace 19 horas ·  ·  1 persona

      • Pedro Calzadilla El maestro Prieto siempre estvo claro en el camino que habia que seguir, la reforma agraria y la reforma educativa
         nunca se pensdaron que funcionarian, esa era la idea el engaño y la metira de la cuarta republica. Hoy el cambio esta en la revolucion
         y los valores cambiaran caiga quien caiga.
        Hace 19 horas ·  ·  3 personas

      • Carmen Liliana Cubillos Sastoque 
        Hola Pedro, yo también creo que el gran maesro Luis Beltrán Prieto estaba claro sobre el camino a seguir. La educación enmancipadora
         era la que nos garantizaría la conformación de una sociedad más justa, solidaria, colectiva. No esa educación neo-colonialista,
         donde sólo se valoraba el arte, la ciencia,etc. de Europa y se descalificaba u omitía lo nuestro. Estoy de acuerdo con Usted, hoy
         intentamos el cambio estructural, no una simple reforma.

        Hace 19 horas ·  ·  1 persona

      • Wladimir Oropeza 
        Me gustó la cita, te felicito Carmen Liliana. Para mí el Estado debería tener una línea que permanezca, más allá de los gobiernos,
         y que éstos hagan realidad esa línea, así como entiendo que en Brasil se han mantenido ciertos proyectos nacionales que iban más
         allá de las posiciones políticas de los gobiernos, porque había un interés nacional, más allá de las diferencias. No creo que sea así
         todavía en Venezuela, donde la división deja a las claras la permanencia de ciertos patrones psicoculturales, como el de todo lo anterior
         es malo, sin permitirse ver lo positivo y desechar lo que no ha dado resultados. Ni qué decir de la falta de visión sobre los aspectos
         profundos que nos han llevado a naufragar en nuestros proyectos nacionales. Al decir que debería haber una línea educativa,
         me refiero a la visión de los grandes estrategas de las políticas educativas, y a buena parte de los sectores sociales apoyando y
         asumiendo su cuota parte en lo referente al núcleo familiar. Pero no es así todavía. En el estudio "Detrás de la pobreza" de la UCAB,
         todavía se ve que nos falta mucho, aunque una de las principales instituciones que medio prepara para los valores de la modernidad
         es cierto porcentaje de la familia venezolana.

        Hace 2 horas ·  ·  1 persona

      • Wladimir Oropeza 
        Y si bien es cierto que comparto tu opinión, Liliana, sobre el altercentrismo que nos marcaba, ahora más que nunca observamos
         la polaridad etnocentrista extrema (hipervalorización, distorsionada, de lo proipio, como ocurre con nuestra historia, y desvalorización
         de lo ajeno). Seguimos, a mi parecer, oscilando desde un extremo a otro, sin resolver nuestras polaridades. La emergencia de
         la imagen del héroe en nuestra psique colectiva, con su carga de titanismo y psicopatía, ha cobrado una dimensión tremenda,
         que ha traído como fenómeno positivo el interés de muchos (me incluyo) por nuestra historia (más allá de los rasgos anteriores,
         de la imagen ideologizada de lo bolivariano). Lo comunitario (que ya se venía trabajando desde la IV República, como evidencia los
         múltiples trabajos de Maritza Montero y otros psicólogos sociales) ha adquirido una mayor relevancia, y esto es algo positivo, a pesar
         de la igual emergencia de antivalores en este proceso, por parte de gestores gubernamentales y de algunos consejos comunitarios,
         en aras de reproducir ese patrón todavía tan enquistado en nuestra relación con el dinero público: el botín.

        Hace 2 horas ·  ·  1 persona

      • Wladimir Oropeza 
        Y para cerrar, algo que sí definitivamente considero muy positivo de todo este proceso es que sí era necesario vivirlo para evidenciar
         nosotros desde la práctica su viabilidad con respecto a experiencias similares en mucho de los objetivos (como pasó en la URSS,
         en Alemania, en Chica, en las Coreas y sus obvias diferencias, en Chile con la experiencia de Allende, en Argentina con Perón, etc.),
         sobre todo desde las polaridades psicoculturales no resueltas y los antivalores en torno al hecho productivo, al dinero, al trabajo,
         al estilo de gerenciar, y todos esos aspectos muy directamente ligados con la prosperidad económica, que forman un aspecto básico
         de la felicidad. No tenemos "conciencia de fracaso" sobre las variables internas que arrastramos desde la colonia y las cuales no
         hemos logrado resolver. Que ha habido exclusión, al igual que mucha externalidad, desvalorización de lo propio y actitud de
         saqueadores (Ayn Rand) a todos los niveles. Nuestros valores predominantes, que tienen mayor peso que nuestro pasado
         (hay países que también fueron colonizados y hoy por hoy tienen una sociedad más organizadas y con mayores niveles de vida)
         y que los factores exógenos (la existencias de países dominantes), son los que tenemos que revisar: "De vez en cuando hay que
         hacer una pausa, contemplarse a sí mismo sin la fruición cotidiana, examinar el pasado, rubro por rubro, etapa por etapa, baldosa
         por baldosa... y no llorarse las mentiras, sino cantarse las verdades" (Mario Benedetti).

        Hace una hora aproximadamente. ·  ·  1 persona

      • Wladimir Oropeza 
        Tenemos que lograr la paz dentro de nosotros, para que se haga suficiente masa crítica a nivel social. Y ello considero que pasa
         por la unificación, por la inclusión. Tanto en psicología "abisal" como en física se sabe que el buscar establecer un polo con exclusión
         del otro, generará una reacción opuesta de igual magnitud (y actualmente lo que ha acontecido es un cambio de papeles, de lugares
         protagónicos, pero manteniendo la misma dinámica profunda). Esto que vivimos me parece la lógica reacción a tanta exclusión que
         evidencia parte de la enfermedad colectiva no concientizada, pero tampoco es el remedio, como se ha evidenciado en otros países
         que han hecho intentos similares, y ya estamos sintiendo en los varios años que ya llevamos. Felicito a los peruanos, porque según
         por lo muy poco que he leído, están logrando un nivel de participación en el mejoramiento de su economía y de la sociedad. Que la
         libertad de conciencia, más allá de las ideologías colectivizantes, se realice en nuestro país, Venezuela.

        Hace una hora aproximadamente. ·  ·  1 persona

      • Wladimir Oropeza 
        Sr Tipismana, gracias por sus preguntas iniciales y sus comentarios sobre algunos aspectos comunes que vivió el Perú respecto
         a Venezuela, como lo que menciona sobre la Reforma Agraria y sus resultados y lo que terminaron haciendo aquellospropugnadores
         de ideologías colectivistas que resultaron ser saqueadores, como los desnuda Ayn Rand en su novela "La rebelión de Atlas". Le
         confieso que antes era un defensor de dichos enfoques socializantes, pero ahora he podido abrir mis ojos al adquirir una nueva
         perspectiva desde la cual mirar este fenómeno, y apreciar las semejanzas estructurales y coyunturales en la historia mundial e
         hispanoamericana. Sigo considerando que una Economía Social debe ser considerada, como la aprendí con García Bacca en sus
         "Tres ejercicios filosóficos-literarios de Economía", y que un enfoque más acorde para ello sería el propuesto por la Economía
         Humanista, tal como la expone el economista mexicano Boltvinik (ver http://myblog-wladimirorop). Gracias Liliana por este espacio
         y este pensamiento, porque desde el enfoque Humanista de Maslow me preguntaba:

        eza.blogspot.com/2011/04/s

        obre-la-economia-social-y-

        la_19.html
         ¿y cómo estimular a la toma de conciencia de los Valores-del-ser de un colectivo?, ¿cómo hacer el Estado que la sociedad concientice
         sus mejores valores y los realice en su practica social y económica para crecer en prosperidad y felicidad? La respuesta es la educación.
         Ahora, la pregunta es cuál debería ser el nivel de conciencia de los gestores y promotores de ese proyecto educativo?, ¿y del
         personal gubernamental que lo instrumente?

        Hace una hora aproximadamente. ·  ·  1 persona

      • Carmen Liliana Cubillos Sastoque 
        Gracias Wladimir, tus comentarios son bien interesantes. Hay aspectos en los que discrepo pero, en esencia, estoy contigo,
        será porque siempre hemos luchado por una sociedad más humana, más justa, más equitativa. También, porque pensamos que
         todo cambio no debe venir de afuera, debe partir de adentro, de nuestros fueros internos. Connocernos como hemos sido,
         conocernos como lo que hoy somos. Tomar conscientcia de que debemos cambiar. Con respecto las sociedades colectivistas,
         yo creo que no es la doctrina política la que está equivocada, son los hombres que liderizan su aplicación, los que han tergiversado
         su aplicación, terminando siempre en simples reformas, pinceladas, pero no cambios estructurales. Por eso, siempre han resultado
         un fracaso. Yo confio en que algún día la utopía se hará realidad, pues nunca estaré del lado de sociedades como las nuestras,
         donde el terrible individualismo, consumismo, intolerancia hacia las divergencias, desprecio por los excluídos sean las que siguen
         rigiendo nuestras vidas. Un saludo y muchas gracis por tus bien fundamentados comentarios.