PENSAMIENTOS SUGERENTES

"Conócete a ti mismo".
Sócrates, recordando la sentencia del dios Apolo, inscrita en la entrada del Templo de Delfos

"No es mirando a la luz como se vuelve uno luminoso, sino vertiendo luz en la propia oscuridad."
Carl Gustav Jung

"En general, los hombres no quieren que se les enseñe a pensar bien; prefieren que se les diga qué han de creer."
K. Gunnar Myrdal

"Una virtud básica del hombre es el pensamiento. ... Y tu vicio básico, la fuente de tus males, es ese acto antiético que algunos practican pero que no desean admitir: el acto de dejar la mente en blanco; la voluntaria suspensión de la propia conciencia, la negación a pensar; no la ceguera, sino el rechazo a ver, no la ignorancia, sino el rechazo a conocer."
Ayn Rand. La rebelión de Atlas.

"No querría con esta obra ahorrar a los demás el que piensen; al contrario, si fuera posible, querría incitarlos a pensar personalmente."
Wittgenstein

lunes, 14 de noviembre de 2016

LA DISCAPACIDAD DESDE LA PSICOLOGÍA POSITIVA: La resiliencia como actitud ante la discapacidad

En el artículo anterior titulado “Autorrealización y Discapacidad” (Oropeza, 2016) reiteramos en la necesidad de cambiar nuestro enfoque: del centrado en el déficit a centrarnos en las fortalezas. Esta nueva mirada nos insta a usar las fortalezas como recursos para la resiliencia ante las reacciones negativas que el ambiente puede generar y como ladrillos para construir un sentido de vida desde los recursos.

La resiliencia se define como la actitud de hacer frente a las adversidades de la vida, para superarlas, haciendo uso de factores personales, sociales y ambientales (Suría, 2012). Esta capacidad requiere que las personas en situaciones difíciles, limitadoras u obstaculizantes para el logro del desarrollo de su potencial biopsicosocioespiritual (Oropeza, 2016), concientice los rasgos positivos de carácter (Garassini y Zavarce, 2014) o el conjunto de capacidades de acción, emoción o pensamiento que permiten manifestar nuestras virtudes (Blanco, 2014) para experimentar las diversas vías de florecimiento humano y así “cosechar” el bienestar. Estas distintas maneras de florecer son las que se resumen en el Modelo PERMA de Bienestar (Garassini y Zavarce, 2014):

Ilustración 1
En este Modelo de Bienestar se nos plantea que hay cinco formas de cultivar lo que anteriormente se llamaba felicidad. La resiliencia puede verse como una caja de herramientas que se centra en las fortalezas para crecer en bienestar en cualquiera de estas vías.

Es interesante destacar que podemos hablar de fortalezas de carácter prevalentes en grupos familiares, comunales y sociales. De hecho, la SOVEPPOS (Sociedad Venezolana de Psicología Positiva) usando uno de los instrumentos psicométricos para medir el Perfil de Fortalezas Principales, estableció que el Perfil de Fortalezas Principales del Venezolano, es decir de las primero siete fortalezas que más destacan o que hemos desarrollado colectivamente en mayor grado, son las siguientes (Garassini, 2011):

Ilustración 2

En esta ilustración 2 podemos apreciar las cinco virtudes (Sabiduría, Valor, Amor, Justicia, Templanza y Trascendencia) y las distintas fortalezas (24 en total) que agrupan. Los números indican la jerarquía de mayor a menor, con lo cual podemos apreciar las siete fortalezas más cultivadas entre los venezolanos (Blanco, 2014; Urra, 2010):

  1. Gratitud: agradecimiento por las cosas buenas con las que se cuenta (materiales, psicológicas, sociales, espirituales), sintiéndose la persona afortunada o bendecida.
  2. Amabilidad: generosidad, actitud altruista o prosocial, disposición para ayudar o hacer favores.
  3. Justicia: ser ecuánime en las decisiones, no sesgarse y tratar a los demás con equidad, dándoles las mismas oportunidades.
  4. Amar y ser amado: Dar y recibir amor, intercambiar afectos positivos, gusto y valoración positiva de establecer relaciones cercanas y profundizarlas.
  5. Creatividad: percibir y hacer las cosas de forma distintas a las convencionales, innovar.
  6. Humor: tener un buen sentido del humor, una actitud lúdica, fomentar la alegría.
  7. Espiritualidad: buscar un sentido profundo de la vida, vivir una vida con un propósito trascendente, que vaya más allá del propio beneficio, cultivar la espiritualidad o la fe.

Algunas de estas fortalezas (ilustración 2) que más se presentan entre nosotros los venezolanos pueden, por la misma razón, estar presentes (o no) en personas con discapacidad (cognitiva, auditiva, visual, motora) y podemos llevar a que dichas personas las concientice (o las desarrolle) en mayor grado y que las aplique en las situaciones adversas de su vida (rechazo o fobia social, sentimientos de minusvalía, tristeza o depresión, estrés, etc.) y así puedan sembrar la actitud de resiliencia para cosechar, por ejemplo, emociones positivas (ilustración 1), que le permitan salir adelante en la vida. Una persona con discapacidad que se centre más en ver las cualidades positivas que tiene o los recursos con los que sí cuenta (gratitud), o que pueda perdonar a aquellos que injustamente la descalifique y así no guardar rencor, o que vea su condición y circunstancia con humor, o que haga uso de su capacidad de creatividad para inventar nuestras formas de proceder o rumbos para alcanzar sus objetivos, o que logre establecer “relaciones positivas” a través de su capacidad de amar, o que desarrolle una visión significativa y profunda de la vida que la lleve a ir más allá de sí e incluso inspirar a otros (espiritualidad), tendrá más oportunidades de salir de las situaciones limitadoras o de los obstáculos y hasta inspirar otros a ser resilientes.

Y para complementar este escrito, les anexo el link de un video sobre Resiliencia desde la Psicología Positiva:

https://www.youtube.com/watch?v=O9E2cywIc50

BIBLIOGRAFÍA
  • Blanco, J. (2014). Fortalezas de carácter y mindfulness: sinergia para florecer. En, M.E. Garassini y C. Camilli (eds). Las fortalezas del venezolano. La promoción del bienestar desde la psicología positiva. Caracas: Alfa. Pp. 125-143.
  • Garassini, M. (2011). La primera fortaleza del venezolano es la gratitud. Revista Debates IESA, XVI, pp. 38-43.
  • Garassini, M. y Zavarce, P. (2014). La teoría del bienestar: una mirada llena de alternativas. En, M.E. Garassini y C. Camilli (eds). Las fortalezas del venezolano. La promoción del bienestar desde la psicología positiva. Caracas: Alfa. Pp. 17-28.
  • Lorenzo, M. (2016). La promoción de las emociones positivas en personas con discapacidad intelectual. En, M.E. Garassini y C. Camilli (eds.). Psicología Positiva en Acción. Empezar con lo que está bien. Caracas: SOVEPPOS. Pp. 32-47.
  • Oropeza, W. (Mayo 2016). Autorrealización y Discapacidad: una mirada inicial de la persona con discapacidad, desde la psicología humanista, positiva y jungiana. [Documento en línea]. Disponible: http://saaedudbemiranda.blogspot.com/2016/05/autorrealizacion-y-discapacidad-una.html [Consulta: 2016, noviembre, 07].
  • Suría, R. (Julio 2012). Resiliencia en jóvenes con discapacidad. Boletín de Psicología, [Revista en línea], 105, pp. 75-89. Disponible http://www.uv.es/seoane/boletin/previos/N105-5.pdf [Consulta: 2016, abril, 23
  • Urra, J. (2010). Estudio sobre Fortalezas para Afrontar las Adversidades de la Vida. [Documento en línea]. Disponible: http://www.javierurra.com/files/FortalezasParaAfrontarLasAdversidadesDeLaVida.pdf [Consulta: 2016, abril, 24].

Wladimir Oropeza Hernández
Psicólogo / Asesor psicológico vocacional / Coach con PNL Neurointegrativo
Sección de Asesoramiento Psicológico
Unidad de Desarrollo y Bienestar Estudiantil
Instituto Pedagógico Miranda José Manuel Siso Martínez



martes, 26 de abril de 2016

AUTORREALIZACIÓN Y DISCAPACIDAD
(una mirada inicial de la persona con discapacidad, desde la psicología humanista, positiva y jungiana)


Por discapacidad, entenderemos "...aquella condición bajo la cual ciertas personas presentan alguna deficiencia física, mental, intelectual o sensorial que a largo plazo afectan la forma de interactuar y participar plenamente en la sociedad." (Wikipedia)

Desde la emergencia de la Psicología Humanista se ha ido acentuando la necesidad de trascender el Modelo Médico centrado en lo disfuncional, lo enfermo o lo discapacitante, a centrarse en las capacidades realmente existente, en las fortalezas y virtudes, en el ámbito de las posibilidades, en el crecimiento de la salud y la felicidad. Y veo conveniente poder unificar ambas visiones, partiendo de lo dicho  por Abraham Maslow:

"...si deseamos producir personas y sociedad mejores: al menos debería ser función de la educación, la religión, la ley, etc., salvaguardar, impulsar y animar la expresión y gratificación de las necesidades instintivas , de seguridad, amor, autoestima y autorrealización." "La autorrealización está motivada por el crecimiento y no por la carencia." Maslow (1991, p. 85, 103)




Es decir, hay que partir de conocer los talentos y fomentar el desarrollo de los mismos, centrándose más que en satisfacer las necesidades de déficit (tener una casa, tener una familia, tener un puesto y una pensión, etc.), en satisfacer las necesidades de crecimiento, las que nos llevan a ser más y mejores de lo que ya somos. Y la de mayor envergadura y profundidad en este sentido es la necesidad de autorrealización, es decir, la actualización de las potencialidades y Valores-del-Ser (Maslow, 1990) de las que muchas veces estamos en inconsciencia, contenidas en nuestra Sombra (Jung, 1990), a la espera de su reconocimiento. Pero muchas veces esas potencialidades o posibilidades latentes no se sacan a la luz porque no se ha dado la oportunidad de encuentro con una persona o actividad que apoye el proceso de hacer consciente lo inconsciente. O el ambiente sociocultural, o institucional o comunal y familiar no valoriza dichas potencialidades o no sabe cómo hacerlo, revelándose con ello que las problemáticas individuales están emparentadas con problemáticas socioculturales, como bien lo expresa Rafael López-Pedraza (2000): "Los conflictos más profundos del hombre son culturales y eso es algo que la psicología no puede eludir.”  O dicho de otra manera: "…el hombre enfermo [o con alguna disfuncionalidad] es el producto de una historia y de una cultura" (López-Pedraza, 2000). Si bien en las discapacidades hay factores objetivos (disfunciones de órganos de los sentidos o de la actividad motora o del funcionamiento cerebral), no por ello dejan de estar presente condiciones institucionales, psicosociales y culturales que la acentúan o perpetúan, siendo importante identificarlas y minimizarlas, o brindar herramientas a las personas con discapacidad para tomar una actitud resiliente ante ellas, es decir, afrontar las adversidades y salir fortalecido de ellas usando las fortalezas (Urra, 2010; Suría, 2012), tales como "sentido del humor y diversión", "espiritualidad, sentido y fe", "esperanza, optimismo y visión de futuro", "gratitud", etc.

Tengamos presente respecto al ser humano que "…somos un «todo físico-químico-biológico-psicológico-social-cultural-ético-espiritual...»" (Martínez, 1999a) "…que funciona maravillosamente y que constituye nuestra vida y nuestro ser" (Martínez, 2009). Es decir, somos un todo o emergente de un conjunto de sistemas que nos conforman, siendo necesario considerar estos distintos sistemas o niveles de la realidad en el estudio del hombre y sus fenómenos (desde lo neurológico, pasando por lo psicosocial, lo cultural y sin obviar lo espiritual, ya que en todos estos niveles del ser hay recursos que se pueden usar para la propia evolución y crecimiento en autorrealización y felicidad), así como en su educación contemporánea, de acuerdo a la propuesta del nuevo paradigma científico de la complejidad o sistémico-emergente: abordar la dimensión emergente cualitativa, el entramado relacional entre las partes y de éstas con el todo, así como la función que ejercen en el sistema, poniendo énfasis en el «desarrollo personal» (Martínez, 2009), entendiendo que se trata de fungir de mediador o «facilitador humanista» (Martínez, 1999b) en el quehacer educativo para:

...ayudar a cada estudiante a "descubrir su propia identidad", su "real yo", a tomar conciencia de sí mismo y comprenderse a fondo, a conocer la unicidad de su persona, a saber c{omo se diferencia de los demás y en qué forma su historia, capacidades, potencialidades y deseos le pueden fijar una meta y trazar una vía de desarrollo estrictamente individual y personal, pero en armonía y convivencia con sus semejantes (Martínez, 1999b).

Para la promoción de la autorrealización en las personas con discapacidad hemos de identificar tanto talentos o fortalezas o inteligencias múltiples, como pasiones (intereses) y virtudes / valores-del-Ser, así como formas en las que pueden usar estos diferentes recursos para crecer en bienestar o felicidad, desde un sentido de vida emergente que unifique estos diversos elementos, aspectos estos que podemos reunir en la expresión "vocación", tal como se mencionan y profundizan un poco más en los siguientes links:


Felicidad y Sueño de Vida

Parábola de los Talentos

En nuestras asesorías psicológicas, educativas, de orientación o de coaching, etc., a personas con discapacidad, es conveniente considerar tanto los aspectos que generan "inercia psíquica" (López-Pedraza, 2000) y limitan nuestro crecimiento y autorrealización, como los aspectos generativos y evolutivos, o aspectos prospectivos, transfinitadores (que nos sacan de la finitud o encerramiento mental-afectivo, actitudinal y sociocultural y nos impulsan a un más allá) (García Bacca, 1993), como los impulsos teleológicos del Sí-mismo (Self) en tanto arquetipo rector, centro de nuestra vida, que dirige nuestra individuación o autorrealización, y que incluso se manifiestan en los síntomas de nuestros malestares (Jung, 1990).

Y te dejamos este otro link, de un video que apuntala todo lo anteriormente dicho:


Proyecto " Avanzando Juntos": Arte y Discapacidad Fundación Mapfre Guanarteme y Apaelp



Nota sobre el Proyecto "Avanzando Juntos": "El objetivo es desarrollar los aspectos positivos, las fortalezas personales y potenciar el bienestar presente y futuro de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo a través del empleo de las artes plásticas, visuales y expresión corporal, utilizando y trabajando los elementos en que se fundamenta la psicología positiva, que son: el desarrollo de la atención plena, “mindfulness”, y las fortalezas personales."

Wladimir Oropeza Hernández
Psicólogo / Asesor psicológico vocacional
Coach con PNL Neurointegrativo

BIBLIOGRAFÍA


  • García Bacca, J.D. (1993). Sobre virtudes y vicios. Barcelona: Anthropos.
  • Jung, C.G. (1990). Las relaciones entre el yo y el inconsciente. Barcelona: Paidós. López-Pedraza, R. (2000). Ansiedad cultural. (2da ed). Caracas: Festina Lente. 
  • Martínez M. (1999a). La nueva ciencia.: su desafío, lógica y método. México: Trillas.
  • Martínez M. (1999b). La psicología humanista: un nuevo paradigma psicológico. (2ª. ed.). México: Trillas.
  • Martínez M. (2009). Nuevos paradigmas en la investigación. Caracas: Alfa.
  • Maslow, A. (1990). La personalidad creadora. (4ta ed). Barcelona: Kairós.
  • Maslow, A. (1991). Motivación y personalidad. (3ra ed). Madrid: Díaz de Santos.
  • Suría, R. (Julio 2012). Resiliencia en jóvenes con discapacidad. Boletín de Psicología, [Revista en línea], 105, pp. 75-89. Disponible http://http://www.uv.es/seoane/boletin/previos/N105-5.pdf [Consulta: 2016, abril, 23
  • Urra, J. (2010). Estudio sobre Fortalezas para Afrontar las Adversidades de la Vida.[Documento en línea]. Disponible: http://www.http://www.javierurra.com/files/FortalezasParaAfrontarLasAdversidadesDeLaVida.pdf [Consulta: 2016, abril, 24].
  • Wikipedia. (2016, 25 de abril). Discapacidad. Disponible https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Discapacidad&oldid=90691146 [Consulta: 2016, abril 22]


jueves, 12 de marzo de 2015

¿QUÉ TE APASIONA? ¿QUÉ TE HACE SENTIR EN TU "ELEMENTO"? (a propósito de "La Magia de Leer" de José Antonio Marina)

Siguiendo en la tónica del artículo anterior, comparto con ustedes lo siguiente...

¿Qué te apasiona? ¿Qué cosas encienden tu sangre, vivifica tu alma, te llena de energía, te hace sentir en tu “elemento”? En mis asesorías vocacionales, usando el modelo de Inteligencias Múltiples de Gardner, las cuales pueden ser interpretadas como talentos, pueden conocerse diversas inteligencias que nos pueden hablar de nuestras pasiones: la pasión lingüístico-verbal, la lógico-matemática, la rítmico-musical, la visual-espacial, la kinestésico-corporal, la interpersonal, la intrapersonal, la naturalista, la existencial… En cada una de estas pasiones manifestamos talentos que nos llevan a adentrarnos en la vorágine del fluir (flow) endiosado (o endiablado: en la Viña del Señor hay de todo).

En mi caso, una de mis varias pasiones (además de la lógica, la intrapersonal y la existencial) es el leer y escribir, el disfrutar con fruición el cultivo de la inteligencia lingüístico-verbal a través del navegar en la mar de palabras de los pliegos de los libros. Esa fruición puede ser una actividad orgásmico-literaria compartida entre los que tienen esta misma pasión (entre otras), casi equiparable, en sus muy buenas ocasiones, al deleite del cuerpo-y-alma de una fémina de altos vuelos o al maridaje con Lo Sagrado. No son pocos los poetas que han podido dejar constancia de la dimensión divina que envuelven ciertos ordenamientos de palabras.

Y ese acto que es el leer puede ser considerado tan insignificante, incluso tan sin sentido, por muchos otros (que tendrán otras pasiones, obviamente) que no puedo menos que recordar una frase recién leída en un regalo que me hice recientemente («La Magia de Leer» de José Antonio Marina), la cual quiero compartir con algunos de ustedes. La frase dice así: “La lectura ha sido considerada siempre un peligro por todas las autoridades religiosas o dictatoriales, porque es una actividad emancipadora, lo que resulta siempre peligroso. … La Revolución Francesa fue una revolución de lectores: «En París —dice un testigo— todo el mundo lee. Todos los ciudadanos, en especial las mujeres, llevan un libro en el bolsillo. Se lee en el coche, andando, en el teatro durante el entreacto, en el café, en el baño. Los domingos, la gente lee, sentada delante de la puerta de su casa; los cocheros en su pescante; los soldados durante la guardia»”.

Y sigue Marina relatando exquisitas cosas:

Todos nosotros, en el comienzo de nuestra historia de lectores, sentimos ese mismo apasionamiento. Vargas Llosa ha contado su primera lectura de Madame Bovary, y en su relato podemos vernos todos retratados:

Compré el libro nada más llegar a París. Comencé a leerlo esa misma tarde, en un cuartito del hotel Wetter, en las inmediaciones del museo Cluny. Ahí empieza de verdad mi historia. Desde las primeras líneas el poder de persuasión del libro operó sobre mí de manera fulminante, como un hechizo poderosísimo. Hacía años que ninguna novela vampirizaba tan rápidamente mi atención, abolía así el contorno físico y me sumergía tan hondo en su materia. A medida que avanzaba la tarde, caía la noche, apuntaba el alba, era más efectivo el trasvasamiento mágico, la sustitución del mundo real por el mundo ficticio.”
Los españoles reconocen tener un problema de desmotivación lectora. ¿Y en nuestro país, Venezuela? ¿Cuántos leerán de forma apasionada y comprensiva con frecuencia? Si muchos de nuestros docentes y estudiantes que buscan ser docentes no cultivan este hábito, ¿cómo se estimulará el "aprender leyendo" tan importante en estas "sociedades de la información"? Lo que no se valoriza socialmente, no es valorizado por las siguientes generaciones.
Y nos refiere una anécdota electrizante para los que amamos el leer:

“Jean-Paul Sartre fue un gran lector que además ha contado, con una brillantez conmovedora, su iniciación a la lectura. «Empecé mi vida —escribe— como sin duda la acabaré; en medio de libros. Es el despacho de mi abuelo había libros por todas partes. No sabía leer aún y ya reverenciaba esas piedras levantadas, derechas o inclinadas, apretadas como ladrillos en los estantes de la biblioteca.»

“Su abuelo le regaló dos libros de cuentos. «Los cogí, los olí, los palpé, los abrí. Era en vano: no tenía el sentimiento de poseerlos. Sin mayor éxito intenté tratarlos como muñecas, los mecí, los besé, los pegué. A punto de echarme a llorar, acabé poniéndolos en las rodillas de mi madre. Ella levantó la vista de la labor: ¿Qué quieres que te lea, queridín? ¿Las hadas?». Sartre cuenta el asombro que le produjo descubrir que a través de la voz de su madre las palabras salían del libro:

Entonces tuve celos de mi madre y resolví quitarle su papel. Me apoderé de una obra titulada Tribulaciones de un chino en China y me la llevé a la habitación de los trastos; allí, encaramado en una cama plegable, hice como que leía: seguía con los ojos las líneas negras sin saltar una sola  y me contaba una historia en voz alta, teniendo cuidado de pronunciar bien todas las sílabas. Me sorprendieron —o hice que me sorprendieran—, lanzaron exclamaciones y decidieron que ya era hora de enseñarme el alfabeto. Fui diligente como un catecúmeno; llegué hasta a darme clases particulares: me encaramaba en lo alto de mi cama plegable con Sin familia de Hector Malot, que me sabía de memoria y, medio recitando medio descifrando, recorrí una tras otras todas las páginas; cuando volví la última, ya sabía leer. Estaba enloquecido de alegría.”
¿Y tú, amiga(o), te habrás sentido identificada(o) con alguna de estas experiencias narradas? ¿Qué pasiones te mueven por los recovecos de la vida? ¿O tal vez te mueves al son que te marcan otros sin sentir este combustible que te saca del tedio o aburrimiento, de la frustración y hasta del vacío?

Leer es una de las diversas pasiones y vías de aprendizaje: hay muchas otras. Pero no podemos desconocer la tremenda importancia de la lectura en nuestra Sociedad de la Información.


Wladimir Oropeza Hernández
Psicólogo clínico
Asesor Vocacional basado en Talentos y Fortalezas
Coach con PNL Neurointegrativo

martes, 10 de marzo de 2015

VIVIR EN TU ELEMENTO (TU PASION Y TUS TALENTOS)



Ken Robinson es uno de los expertos en materia de estudio de la Pasión, los Talentos, la Creatividad y la Innovación. Reconocido crítico internacional del sistema educativo tradicional, ha publicado obras de importancia que permiten, junto a otros autores, conocer la tremenda importancia del conocimiento de los propios talentos y lo que te apasiona, siendo "el Elemento" justamente el área de tu vida o la actividad donde confluyen estos dos aspectos: talentos y pasión, que maximiza tu experiencia de flujo y creatividad





Vivir en tu "elemento" es una propuesta central, que busco realices en mis asesorías vocacionales (ver figura más abajo), tomando en cuenta que el medio sociocultural tiende a poner trabas y falsas ilusiones respecto a lo profesional y lo laboral, que obstaculizan dicha labor. Hemos de estar consciente de estos espejismos e ilusiones que nos distancias o divorcian de nuestro "elemento" y que muchas veces son manifestados de forma ingenua o inconsciente por nuestros familiares, amigos, docentes y conocidos.


Les recomiendo leer un texto que aparece más abajo, la carta dirigida por un estudiante a Ken Robinson y que éste publicó en su libro "El Elemento". También un video llamado "El sistema educativo es anacrónico: ¿te aburrías en la escuela?", donde el reconocido Eduard Punset entrevista a Ken Robinson respecto a la situación de la educación actual y los errores que se siguen perpetuando.

Wladimir Oropeza Hernández
Psicólogo clínico
Asesor psicológico vocacional centrado en fortalezas y talentos
Coach con PNL Neurointegrativo
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Carta de un estudiante a Ken Robinson

Aquí estoy, sentado en silencio en mi habitación, incapaz de dormir. Son las seis de la mañana y se supone que me encuentro en la época de mi vida que tiene que transformarme para siempre. En unas semanas me habré graduado y la universidad parece ser el mayor tema de mi vida ahora mismo.. y lo odio. No es que no quiera ir a la universidad, es solo que acaricio la idea de hacer otras cosas que no repriman mis ideas. Estaba muy seguro de lo que quería hacer y a lo que quería dedicar todo mi tiempo, pero parece ser que, según todos los que me rodean, para tener éxito en la vida es necesario sacarse un doctorado o conseguir un trabajo aburrido. A mí no me parece buena idea dedicar todo tu tiempo a algo aburrido o carente de sentido. Esta es la única oportunidad de mi vida... Esta es la única vida que voy a tener , y si no tomo una decisión drástica, nunca tendré posibilidad de hacerlo. Odio que mis padres, o sus amigos, me miren de forma rara cuando les digo que quiero hacer algo totalmente distinto al trillado trabajo relacionado con la medicina o los negocios.

   Por casualidad, encontré un vídeo en el que salía un tipo hablando acerca de ideas que hace tiempo me rondan por la cabeza y me puse totalmente eufórico... Si en el futuro todo el mundo quisiera ser farmacéutico, tal vez trabajar en el campo de la medicina no se considerará una profesión tan prestigiosa. No quiero dinero, no quiero tener un coche asquerosamente "caro". Quiero hacer algo significativo con mi vida, pero raras veces consigo el apoyo de nadie. Solo quiero decirle que ha hecho que vuelva a creer que mis sueños pueden hacerse realidad. Como pintor, dibujante, compositor, escultor o escritor, le doy las gracias de verdad por darme esperanzas. Mi profesor de arte siempre se queda mirándome cuando hago algo diferente. Una vez derramé el agua donde  se limpian los pinceles por encima del cuadro del que mi profesor me había dicho que estaba completo y listo para ser evaluado. ¡Madre mía!, cómo le hubiera gustado ver la cara que puso. Está claro que en el colegio te ponen límites, y yo lo que quiero es liberarme y plasmar las ideas que se me ocurren a las tres de mañana. Odio dibujar simples zapatos viejos o árboles y no me gusta la idea de obtener una licenciatura en arte. ¿Desde cuando se tiene que "evaluar" el arte? Me apuesto algo a que si Pablo Picaso hubiese entregado una de sus obras a una vieja profesora de arte, esta habría puesto el grito en el cielo y le habría suspendido. Le pregunté a mi profesor si podía incorporar la escultura al lienzo, entrelazarlos y hacer que mi escultura diera la impresión de que la pintura estaba viva y acercándose poco a poco al espectador... ¡Su respuesta fue que no estaba permitido! Voy a hacer un AP Art Studio durante mi último año y ¿me dicen que no puedo hacer arte tridimensional? ¡Es de locos! Necesitamos que personas como usted vengan a New Jersey y den un par de conferencias acerca de esa cosa menospreciada llamada creatividad.
   Me duele que cada vez que digo que quiero ser artista, lo único que recibo sean risas o caras serias. ¿Por qué uno no puede hacer aquello que le apasiona? ¿Acaso la felicidad está en una mansión, una televisión de pantalla gigante, mirar pasar rollos de papel llenos de números mientras te encoges de miedo cuando S&P baja un punto?... Este mundo se ha vuelto un lugar superpoblado, temible y competitivo. Gracias por los diecinueve minutos y veinte segundos de pura verdad. ¡Gracias de corazón!
(Fin)

Este texto es un fragmento del libro "El elemento" de Ken Robinson. Y recoge una carta que un estudiante escribe al autor del libro, que es un reconocido educador que pone en cuestión el modelo actual de enseñanza.
El siguiente vídeo que introduce algunos elementos interesantes para seguir reflexionando sobre el modelo educativo:

https://www.youtube.com/watch?v=9iyI9GFfFWU
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10 reflexiones sobre la educación a partir de las observaciones deKen Robinson

Estas son diez (10) ideas o reflexiones que a partir de la obra de Ken Robinson pueden cambiar tu percepción de la educación actual.

1. La imaginación es la fuente de todo logro humano.
Esta es la primera frase que te encuentras al entrar en la página web de Ken Robinson. Buena parte de su pensamiento gira en torno a varios ejes. Uno de esos ejes es, sin duda, la importancia que concede a la imaginación y, sobre todo, a la originalidad. Ken Robinson no concibe una educación que no se base en potenciar la inteligencia. Precisamente será esta inteligencia la que nos distinguirá y la que enriquecerá la sociedad.

2. Si no estás preparado para equivocarte, nunca llegarás a nada original.
Ken Robinson es tremendamente crítico con la visión de la educación actual. Uno de sus argumentos es que penaliza el error y la equivocación. Penalizar el error mientras se educa es sencillamente una paradoja, porque es a partir del error de donde podemos sacar las mejores enseñanzas. El error debe verse como un proceso positivo dentro del propio aprendizaje del alumno.

3. Las escuelas se parecen a las fábricas.
En el siglo XXI aún mantenemos una estructura educativa industrial. Ken Robinson critica que en muchos centros educativos los alumnos se parezcan más a obreros que a estudiantes. Cuestiona la rigidez de los horarios, la separación de los alumnos por edades, la descompensación horaria de las materias y el hecho de priorizar el producto manufacturado al talento y a la creatividad.

4. La creatividad se aprende igual que se aprende a leer.
El concepto de creatividad es una constante en la obra de Ken Robinson. Y en este sentido la figura del docente resulta determinante para que el alumno fomente dicha creatividad en su centro educativo. Desgraciadamente, el modelo educativo actual mata la creatividad, no potencia el talento, sino que prioriza el resultado final más que el proceso en sí.

5. Es necesario potenciar la diversidad.
Si el docente es capaz de potenciar la originalidad y el talento en sus alumnos, entonces habrá logrado algo tremendamente importante: superar el modelo industrial basado en la homogeneización del producto. Las fábricas producen. Y el producto que se crea es siempre el mismo producto. ¿Es eso lo que queremos de nuestros  alumnos? ¿Es este nuestro ideal de enseñanza? Mediante la creatividad y el talento hacemos posible la diversidad. Para Ken Robinson dicha diversidad es uno de los activos más importantes que existen en la sociedad actual. Para Ken Robinson cuanto más creativos sean los niños, más posibilidades tendrán de autorrealizarse. Según Ken Robinson, la única forma de detectar talentos es hacer pensar a los alumnos de forma diferente.

6. La educación del talento no es lineal.
Otro de los grandes errores del sistema educativo actual es pensar que el conocimiento es lineal. Para Ken Robinson el aprendizaje no es lineal, sino orgánico, porque el mundo actual ha dejado de tener una concepción lineal para pasar a tener una visión global. La escuela se ha obsesionado en hacer creer al alumno que su destino pasa por la universidad. De hecho, explica Ken Robinson que en una guardería leyó un lema que decía: la universidad empieza en la guardería. Para Ken Robinson esta cita es errónea. La guardería empieza y acaba en la guardería. En eso consiste la educación orgánica. ¿Quién les puede asegurar a los niños de tres años que el futuro pasará por la universidad?

7. Muchos de los niños de ahora harán trabajos que aún no están inventados.
En la línea del pensamiento lineal encontramos esta otra frase de Ken Robinson. Actualmente, estamos enseñando en los centros educativos contenidos que no tenemos ni idea de si servirán o no dentro de un período relativamente corto de tiempo. Esto debería hacer pensar a los docentes y hacerles ver que lo que importa no es lo que enseñan, sino cómo enseñan para que sus alumnos puedan aprender por sí mismos cuando en un futuro no muy lejano deban llevar a cabo actividades que ahora ni imaginamos que desarrollarán. El saber no está en los libros de texto, sino en la imaginación y el talento que puedan desarrollar los alumnos.

8.  La creatividad es tan importante en educación como la alfabetización, y por eso debemos tratarla con la misma importancia.
Otro de los grandes problemas de la educación actual es que no se da la misma importancia a la alfabetización que a la creatividad. Basta mirar la descompensación de las asignaturas de las diferentes etapas educativas. ¿Por qué puede ser? Yo creo que la respuesta es muy sencilla. Es muy fácil enseñar a leer y a escribir, pero como docentes no tenemos ni idea de cómo enseñar a ser creativos. Es por ello que debemos aumentar el tiempo que le dedicamos a preparar una sesión lectiva y bajar nuestra productividad en beneficio de la creatividad de nuestros alumnos. Cuanto más pensemos, más creativos seremos. Si los docentes somos creativos, entonces será muy fácil enseñar creatividad en la aulas, independientemente de las materias que se impartan.

9. La gente produce lo mejor, cuando hace cosas que ama, cuando está en “su elemento”.
El concepto elemento es un término al que Ken Robinson hace a menudo referencia. Cada individuo debe buscar “su elemento”, es decir, debe ser capaz de encontrar por sí mismo o mediante la ayuda de otros sus aptitudes, sus pasiones, sus actitudes y sus oportunidades. Estos son los cuatro pilares fundamentales para el crecimiento personal de los individuos. Tenemos la obligación de descubrir qué se nos da bien y qué nos encanta hacer. Consiguiéndolo será como podremos autorrealizarnos y contribuir para crear una sociedad mejor. De ahí que como docentes debamos superar el pensamiento ilustrado basado en el análisis y en la lógica para sustituirlo por un sistema educativo holístico, abierto, flexible y diverso. Sólo siendo creativos dejaremos de ser conformistas.

10. No es acerca de estandarizar la educación, es acerca de subir el estándar de la educación.
El error del sistema educativo actual se debe a la estandarización. Estandarizar la educación no hace más que limitar la educación de nuestros alumnos, porque frena las aptitudes y el talento. A mayor estandarización mayor fracaso escolar, mayor abandono escolar. De ahí que sea necesario modificar el paradigma educativo actual donde la mecanización de los contenidos está por encima de la búsqueda del talento.

martes, 24 de febrero de 2015

EL LADO OSCURO DE LA VIDA COTIDIANA

“¿Cómo puede haber tanta maldad en el mundo? Conociendo a la humanidad lo que me asombra es que no haya más”.
WOODY ALLEN, Hannah y sus hermanas

“El mal de nuestro tiempo consiste en la pérdida de la conciencia del mal”.
                Krishnamurti

“Lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestra vida como destino”.
                C.G. Jung

En 1886 -más de una década antes de que Freud se zambullera en las profundidades de la mente humana- Robert Louis Stevenson tuvo un sueño muy revelador en el que un hombre perseguido por haber cometido un crimen ingiere una pócima y sufre un cambio drástico de personalidad que le hace irreconocible. De esta manera, el Dr. Jekyll, un amable y esforzado científico, termina transformándose en el violento y despiadado Mr. Hyde, un personaje cuya maldad iba en aumento a medida que se desarrollaba el sueño.
Stevenson utilizó la materia prima de este sueño como argumento para escribir su hoy famoso " El Extraño Caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde". Con el correr de los años el tema de esta novela ha terminado formando parte integral de nuestra cultura popular y no es infrecuente escuchar a nuestros semejantes tratando de explicar su conducta con justificaciones del tipo: «no era yo mismo», «era como si un demonio le poseyera» o «se convirtió en una bruja», por ejemplo. Según el analista junguiano John A. Sanford, los argumentos que resuenan en gran parte de la humanidad encierran cualidades arquetípicas que pertenecen a los sedimentos más universales de nuestro psiquismo. 
Cada uno de nosotros lleva consigo un Dr. Jekyll y un Mr. Hyde, una persona afable en la vida cotidiana y otra entidad oculta y tenebrosa que permanece amordazada la mayor parte del tiempo. Bajo la máscara de nuestro Yo consciente descansan ocultas todo tipo de emociones y conductas negativas -la rabia, los celos, la vergüenza, la mentira, el resentimiento, la lujuria, el orgullo y las tendencias asesinas y suicidas, por ejemplo-. Este territorio arisco e inexplorado para la mayoría de nosotros es conocido en psicología como sombra personal. 

Introducción a la sombra

La sombra personal se desarrolla en todos nosotros de manera natural durante la infancia. Cuando nos identificamos con determinados rasgos ideales de nuestra personalidad -como la buena educación y la generosidad, por ejemplo, cualidades que, por otra parte, son reforzadas sistemáticamente por el entorno que nos rodea- vamos configurando lo que W. Brugh Joy llama el Yo de las Resoluciones de Año Nuevo. No obstante, al mismo tiempo, vamos desterrando también a la sombra aquellas otras cualidades que no se adecuan a nuestra imagen ideal -como la grosería y el egoísmo, por ejemplo -. De esta manera, el ego y la sombra se van edificando simultáneamente, alimentándose, por así decirlo, de la misma experiencia vital. 
Carl G. Jung descubrió la indisolubilidad del ego y de la sombra en un sueño que recoge en su autobiografía “Recuerdos, Sueños, Pensamientos”:

   Era de noche y me hallaba en algún lugar desconocido avanzando lenta y penosamente en medio de un poderoso vendaval. La niebla lo cubría todo. Yo sostenía y protegía con las manos una débil lucecilla que amenazaba con apagarse en cualquier momento. Todo parecía depender de que consiguiera mantener viva esa luz.
   De repente tuve la sensación de que algo me seguía. Entonces me giré y descubrí una enorme figura negra que avanzaba tras de mí. A pesar del terror que experimenté no dejé de ser consciente en todo momento de que debía proteger la luz a través de la noche y la tormenta.
   Cuando desperté me di cuenta de inmediato de que la figura que había visto en sueños era mi sombrala sombra de mi propio cuerpo iluminado por la luz recortándose en la niebla. También sabía que esa luz era mi conciencia, la única luz que poseo, una luz infinitamente más pequeña y frágil que el poder de las tinieblas pero, al fin y al cabo, una luz, mi única luz. 

Son muchas las fuerzas que coadyuvan a la formación de nuestra sombra y determinan lo que está permitido y lo que no lo está. Los padres, los parientes, los maestros, los amigos y los sacerdotes constituyen un entorno complejo en el que aprendemos lo que es una conducta amable, adecuada y moral y lo que es un comportamiento despreciable, bochornoso y pecador.
La sombra opera como un sistema psíquico autónomo que perfila lo que es el Yo y lo que no lo es. Cada cultura -e incluso cada familia - demarca de manera diferente lo que corresponde al ego y lo que corresponde a la sombra. Algunas, por ejemplo, permiten la expresión de la ira y la agresividad mientras que la mayoría, por el contrario, no lo hacen así; unas reconocen la sexualidad, la vulnerabilidad y las emociones intensas y otras no; unas, en fin, consienten la ambición por el dinero, la expresión artística y o el desarrollo intelectual mientras que otras, en cambio, apenas si las toleran.
En cualquiera de los casos, todos los sentimientos y capacidades rechazados por el ego y desterrados a la sombra alimentan el poder oculto del lado oscuro de la naturaleza humana. No todos ellos, sin embargo, son rasgos negativos. Según la analista junguiana Liliane Frey-Rohn, este misterioso tesoro encierra tanto facetas infantiles, apegos emocionales y síntomas neuróticos como aptitudes y talentos que no hemos llegado a desarrollar. Así, en sus mismas palabras, la sombra «permanece conectada con las profundidades olvidadas del alma, con la vida y la vitalidad; ahí puede establecerse contacto con lo superior, lo creativo y lo universalmente humano».

La enajenación de la sombra

Nosotros no podemos percibir directamente el dominio oculto de la sombra ya que ésta, por su misma naturaleza, resulta difícil de aprehender. La sombra es peligrosa e inquietante y parece huir de la luz de la conciencia como si ésta constituyera una amenaza para su vida.
El prolífico analista junguiano James Hillman dice: «El inconsciente no puede ser consciente, la luna tiene su lado oscuro, el sol también se pone y no puede brillar en todas partes al mismo tiempo y aún el mismo Dios tiene dos manos. La atención y la concentración exigen que ciertas cosas se mantengan fuera del campo de nuestra visión y permanezcan en la oscuridad. Es imposible estar en ambos lugares al mismo tiempo».
Así pues, sólo podemos ver a la sombra indirectamente a través de los rasgos y las acciones de los demás, sólo podemos darnos cuenta de ella con seguridad fuera de nosotros mismos. Cuando, por ejemplo, nuestra admiración o nuestro rechazo ante una determinada cualidad de un individuo o de un grupo –como la pereza, la estupidez, la sensualidad o la espiritualidad, pongamos por caso - es desproporcionada, es muy probable que nos hallemos bajo los efectos de la sombra. De este modo, pretendemos expulsar a la sombra de nuestro interior proyectando y atribuyendo determinadas cualidades a los demás en un esfuerzo inconsciente por desterrarlas de nosotros mismos. 
La analista junguiana Marie -Louise von Franz ha insinuado que el mecanismo de la proyección se asemeja al hecho de disparar una flecha mágica. Si el receptor tiene un punto débil como para recibir la proyección la flecha da en el blanco. Así, por ejemplo, cuando proyectamos nuestro enfado sobre una pareja insatisfecha, nuestro seductor encanto sobre un atractivo desconocido o nuestras cualidades espirituales sobre un gurú, nuestra flecha da en el blanco y la proyección tiene lugar estableciéndose, a partir de entonces se produce un misterioso vínculo entre el emisor y el receptor, cosa que ocurre, por ejemplo, cuando nos enamoramos, cuando descubrimos a un héroe inmaculado o cuando tropezamos con alguien absolutamente despreciable, por ejemplo. 
Nuestra sombra personal [además] contiene todo tipo de capacidades potenciales sin manifestar, cualidades que no hemos desarrollado ni expresado. Nuestra sombra personal constituye una parte del inconsciente que complementa al ego y que representa aquellas características que nuestra personalidad consciente no desea reconocer y, consecuentemente, repudia, olvida y destierra a las profundidades de su psiquismo sólo para reencontrarlas nuevamente más tarde en los enfrentamientos desagradables con los demás

 El encuentro con la sombra

Pero aunque no podamos contemplarla directamente la sombra aparece continuamente en nuestra vida cotidiana y podemos descubrirla en el humor (en los chistes sucios o en las payasadas, por ejemplo) que expresan nuestras emociones más ocultas, más bajas o más temidas. Cuando algo nos resulta muy divertido -el resbalón sobre una piel de plátano o el descubrimiento de un tabú corporal-, también nos hallamos en presencia de la sombra. Según John A. Sanford, la sombra suele ser la que ríe y se divierte, por ello es muy pro bable que quienes carezcan de sentido del humor tengan una sombra muy reprimida. 
La psicoanalista inglesa Molly Tuby describe seis modalidades diferentes para descubrir a la sombra en nuestra vida cotidiana:
·
·         En los sentimientos exagerados respecto de los demás. («¡No puedo creer que hiciera tal cosa!» «¡No comprendo cómo puede llevar esa ropa!»).
·         En el feedback negativo de quienes nos sirven de espejo. («es la tercera vez que llegas tarde sin decírmelo.»)
·         En aquellas relaciones en las que provocamos de continuo el mismo efecto perturbador sobre
diferentes personas. («Sam y yo creemos que no has sido sincero con nosotros.»).
·         En las acciones impulsivas o inadvertidas. («No quería decir eso.»).
·         En aquellas situaciones en las que nos sentimos humillados. («Me avergüenza su modo de
tratarme.»).
·         En los enfados desproporcionados por los errores cometidos por los demás. («¡Nunca hace las
cosas a su debido tiempo!» «Realmente no controla para nada su peso.»).

También podemos reconocer la irrupción inesperada de la sombra cuando nos sentimos abrumados por la vergüenza o la cólera o cuando descubrimos que nuestra conducta está fuera de lugar. Pero la sombra suele retroceder con la misma prontitud con la que aparece porque descubrirla puede constituir una amenaza terrible para nuestra propia imagen. 
Es precisamente por este motivo que rechazamos tan rápidamente -sin advertirlas siquiera – las fantasías asesinas, los pensamientos suicidas o la embarazosa envidia que tantas cosas podría revelarnos sobre nuestra propia oscuridad. R. D. Laing describía poéticamente este reflejo de negación de la mente del siguiente modo: 

El rango de lo que pensamos y hacemos
está limitado por aquello de lo que no nos damos cuenta.
Y es precisamente el hecho de no darnos cuenta
de que no nos damos cuenta
lo que impide
que podamos hacer algo 
por cambiarlo.
Hasta que nos demos cuenta
de que no nos damos cuenta
seguirá moldeando nuestro pensamiento y nuestra acción.

Si la negación persiste, como dice Laing, ni siquiera nos daremos cuenta de que no nos damos cuenta. Es frecuente, por ejemplo, que el encuentro con la sombra tenga lugar en la mitad de la vida, cuando nuestras necesidades y valores más profundos tienden a cambiar el rumbo de nuestra vida  determinando incluso, en ocasiones, un giro de ciento ochenta grados y obligándonos a romper nuestros viejos hábitos y a cultivar capacidades latentes hasta ese momento. Pero a menos que nos detengamos a escuchar esta demanda permaneceremos sordos a sus gritos. 
La depresión también puede ser la consecuencia de una confrontación paralizante con nuestro lado oscuro, un equivalente contemporáneo de la noche oscura del alma de la que hablan los místicos. Pero la necesidad interna de descender al mundo subterráneo puede ser postergada por multitud de causas, como una jornada laboral muy larga, las distracciones o los antidepresivos que sofocan nuestra desesperación. En cualquiera de estos casos el verdadero objetivo de la melancolía escapa de nuestra comprensión.
Encontrar a la sombra nos obliga a ralentizar el paso de nuestra vida, escuchar las evidencias que nos proporciona el cuerpo y concedernos el tiempo necesario para poder estar solos y digerir los crípticos mensajes procedentes del mundo subterráneo.

La sombra colectiva

Hoy en día, cada vez que abrimos un periódico o vemos el telediario tropezamos cara a cara con los aspectos más tenebrosos de la naturaleza humana. Los mensajes emitidos a diario por los medios de difusión de masas a toda nuestra aldea global electrónica evidencian de continuo las secuelas más lamentables de la sombra. El mundo se ha convertido así en el escenario de la sombra colectiva.
La sombra colectiva –lo que colectivamente reprimimos en nosotros, como la maldad humana- reclama por doquier nuestra atención: vocifera desde los titulares de los quioscos; deambula desamparada por nuestras calles dormitando en los zaguanes; se agazapa detrás de los neones que salpican de color los rincones más sórdidos de nuestras ciudades; juega con nuestro dinero desde las entidades financieras; alimenta la sed de poder de los políticos y corrompe nuestro sistema judicial; conduce ejércitos invasores hasta lo más profundo de la jungla y les obliga a atravesar las arenas del desierto; trafica vendiendo armas a enloquecidos líderes y entrega los beneficios a insurrectos reaccionarios; poluciona nuestros ríos y nuestros océanos y envenena nuestros alimentos con pesticidas invisibles. 
Estas consideraciones no son el resultado de un nuevo fundamentalismo basado en una actualizada versión bíblica de la realidad. Nuestra época nos ha forzado a ser testigos de este dantesco espectáculo. No hay modo de eludir el espantoso y sombrío fantasma invocado por la corrupción política, el fanatismo terrorista y los criminales de cuello blanco. Nuestro apetito interno de totalidad –patente ahora más que nunca en el sofisticado engranaje de la comunicación global- nos exige hacer frente a la conflictiva hipocresía que se extiende por doquier. 
De este modo, mientras que muchos individuos y grupos viven los aspectos socialmente más benignos de la existencia otros, en cambio, padecen sus facetas más desagradables y terminan convirtiéndose en el objeto de las proyecciones grupales negativas de sombra colectiva (véase sino fenómenos tales como la caza de brujas, el racismo o el proceso de creación de enemigos, por ejemplo). Así, para el anticomunismo norteamericano la Unión Soviética es el imperio del mal mientras que los musulmanes consideran que los Estados Unidos encarnan el poder de Satán; según los nazis los judíos son sabandijas bolcheviques, en opinión de los monjes cristianos las brujas están aliadas con el diablo y para los defensores sudafricanos del apartheid y para los miembros del Ku Klux Klan los negros no son seres humanos y, por tanto, no merecen los derechos y los privilegios de los que gozan los blancos. 
El poder hipnótico y la naturaleza contagiosa de estas intensas emociones resultan evidentes en la expansión de la persecución racial, la violencia religiosa y las tácticas propias de la caza de brujas. Es como si unos seres humanos ataviados con sombrero blanco intentaran deshumanizar a quienes no lo llevan para justificarse a sí mismos y terminar convenciéndose de que exterminarlos no significa, en realidad, matar seres humanos. 
A lo largo de la historia la sombra ha aparecido ante la imaginación del ser humano asumiendo aspectos tan diversos como, por ejemplo, un monstruo, un dragón, Frankenstein, una ballena blanca, un extraterrestre o alguien tan ruin que difícilmente podemos identificarnos con él y que rechazamos como si de la Gorgona se tratara. Uno de las principales finalidades de la literatura y del arte ha sido la de mostrar el aspecto oscuro de la naturaleza humana. Como dijo Nietzsche: «El arte impide que muramos de realidad».
Cuando utilizamos el arte o los medios de difusión de masas -incluida la propaganda política- para referirnos a alguien y convertirlo en un diablo, estamos intentando debilitar sus defensas y adquirir poder sobre él. Esto podría ayudarnos a comprender la plaga del belicismo y del fanatismo religioso puesto que el rechazo o la atracción por la violencia y el caos de nuestro mundo nos lleva a convertir mentalmente a los demás en los depositarios del mal y los enemigos de la civilización. 
El fenómeno de la proyección también puede dar cuenta de la enorme popularidad de las novelas y de las película de terror ya que, de ese modo, la representación vicaria de la sombra nos permite reactivar y quizás liberar nuestros impulsos más perversos en el entorno seguro que nos ofrece un libro o una sala cinematográfica. Los cuentos para niños suelen referirse a la lucha entre las fuerzas del bien -ejemplificadas por las hadas- y las fuerzas del mal -representadas por espantosos demonios-. De este modo los niños suelen ser iniciados en el fenómeno de la sombra superando de manera vicaria las pruebas que deben afrontar sus héroes y sus heroínas, aprendiendo así las pautas universales del destino del ser humano. 
La censura actual se debate en el campo de los medios de comunicación de masas y de la música pero quienes se aprestan a silenciar la voz de la oscuridad no alcanzan a comprender nuestra urgente necesidad de escucharla. Así, si bien los censores se esfuerzan denodadamente en reescribir La Caperucita Roja para que ésta no termine siendo devorada por el lobo ignoran, por otra parte, que de ese modo lo único que consiguen es entorpecer el camino para que los niños afronten el mal con el que necesariamente deberán tropezar a lo largo de su vida. 
Cada familia, al igual que cada sociedad, tiene sus propios tabús, sus facetas ocultas. La sombra familiar engloba todos aquellos sentimientos y acciones que la conciencia vigílica de la familia considera demasiado amenazadoras para su propia imagen y, consecuentemente, rechaza. Para una honrada y conservadora familia cristiana puede tratarse de la adicción a la bebida o del hecho de casarse con alguien perteneciente a otra confesión religiosa; para una familia atea y liberal, en cambio, quizás se trate de las relaciones homosexuales, por ejemplo. En nuestra sociedad los malos tratos conyugales y el abuso infantil, oculto hasta hace poco en la sombra de la familia, emerge hoy en proporciones epidémicas a la luz del día. 
El lado oscuro de la sombra no constituye una adquisición evolutiva reciente fruto de la civilización y de la educación sino que hunde sus raíces en la sombra biológica que se asienta en nuestras mismas células. A fin de cuentas, nuestros ancestros animales consiguieron sobrevivir gracias a sus uñas y sus dientes. Nuestra bestia -aunque se mantenga enjaulada la mayor parte del tiempo- permanece todavía viva. 
Muchos antropólogos y sociobiólogos creen que la maldad humana es el resultado de refrenar nuestra agresividad, de elegir la cultura sobre la naturaleza y de perder el contacto con nuestro estado salvaje. En esta línea; el médico y antropólogo Melvin Konner cuenta en The Tangled Wing la historia de aquel hombre que fue al zoológico y acercándose a un cartel que decía «El Animal Más Peligroso de la Tierra» descubrió asombrado que se hallaba ante un espejo. 

Conócete a ti mismo

En la antigüedad los seres humanos conocían las diversas dimensiones de la sombra: la personal, la colectiva, la familiar y la biológica. En los dinteles de piedra del hoy derruido templo de Apolo en Delfos -construido sobre una de las laderas del monte Parnaso- los sacerdotes grabaron dos inscripciones, dos preceptos, que han terminado siendo muy famosos y siguen conservando en la actualidad todo su sentido. En el primero de ellos, «Conócete a ti mismo», los sacerdotes del dios de la luz aconsejaban algo que nos incumbe muy directamente: conócelo todo sobre ti mismo, lo cual podría traducirse como conoce especialmente tu lado oscuro.
Nosotros somos herederos directos de la mentalidad griega pero preferimos ignorar a la sombra, ese elemento que perturba nuestra personalidadLa religión griega, que comprendía perfectamente este problema, reconocía y respetaba también el lado oscuro de la vida y celebraba anualmente -en la misma ladera de la montaña- las famosas bacanales, orgías en las que se honraba la presencia contundente y creativa de Dionisos, el dios de la naturaleza, entre los seres humanos. 
Hoy en día Dionisos perdura entre nosotros en forma degradada en la figura de Satán, el diablo, la personificación del mal, que ha dejado de ser un dios a quien debemos respeto y tributo para convertirse en una criatura con pezuñas desterrada al mundo de los ángeles caídos. 
Marie -Louise von Franz reconoce las relaciones existentes entre el diablo y nuestra sombra personal afirmando: «En la actualidad, el principio de individuación está ligado al elemento diabólico ya que éste representa una separación de lo divino en el seno de la totalidad de la naturaleza. De este modo, los elementos perturbadores -como los afectos, el impulso autónomo hacia el poder y cuestiones similares- constituyen factores diabólicos que perturban la unidad de nuestra personalidad». 

Nada en exceso

La segunda inscripción cincelada en Delfos, «Nada en exceso», es, si cabe, todavía más pertinente a nuestro caso. Según E. R. Dodds, se trata de una máxima por la que sólo puede regirse quien conoce a fondo su lujuria, su orgullo, su rabia, su gula -todos sus vicios en definitiva - ya que sólo quien ha comprendido y aceptado sus propios límites puede decidir ordenar y humanizar sus acciones.
Vivimos en una época de desmesura: demasiada gente, demasiados crímenes, demasiada explotación, demasiada polución y demasiadas armas nucleares. Todos reconocemos y censuramos estos abusos aunque al mismo tiempo nos sintamos incapaces de solucionarlos. 
¿Pero qué es, en realidad, lo que podemos hacer con todo esto? La mayor parte de las personas destierran directamente las cualidades inaceptables e inmoderadas a la sombra inconsciente o las expresan en sus conductas más oscuras. De este modo, sin embargo, los excesos no desaparecen sino que terminan transformándose en síntomas tales como los sentimientos y las acciones profundamente negativas, los sufrimientos neuróticos, las enfermedades psicosomáticas, las depresiones y el abuso de drogas, por ejemplo. 
El hecho es que cuando sentimos un deseo muy intenso y lo relegamos a la sombra opera desde ahí sin tener en cuenta a los demás; cuando estamos muy hambrientos y rechazamos ese impulso terminamos atormentando a nuestro cuerpo comiendo y bebiendo en exceso; cuando sentimos una aspiración elevada y la desterramos a la sombra nos condenamos a la búsqueda de gratificaciones sustitutorias instantáneas o nos entregamos a actividades hedonistas tales como el abuso de alcohol o drogas. La lista podría ser interminable pero lo cierto es que podemos observar por doquier los excesos del crecimiento desmesurado de la sombra:

  •          La amoralidad de la ciencia y la estrechísima colaboración existente entre el mundo de los negocios y la tecnología pone en evidencia nuestro deseo incontrolado de aumentar nuestro conocimiento y nuestro dominio sobre la naturaleza.
  •          El papel distorsionado y codependiente de quienes se dedican a las profesiones de ayuda y la codicia de médicos y empresas farmacéuticas que se manifiesta en la compulsión farisaica a ayudar y curar a los demás.
  •          La apatía del trabajo alienante, la rápida obsolescencia generada por la automación y la hubris del éxito se expresan en la aceleración y deshumanización de los trabajos.
  •          El interés desmesurado en la maximización de los beneficios y el progreso que se evidencian en el crecimiento a ultranza del mercantilismo.
  •          El consumismo, el abuso de la publicidad, el derroche y la polución desenfrenada nos revelan el grado de materialismo hedonista existente en nuestra sociedad.
  •          El narcisismo generalizado, la explotación personal, la manipulación de los demás y el abuso de mujeres y niños evidencia el deseo de controlar las dimensiones innatamente incontrolables de nuestra propia vida.
  •          La obsesión por la salud, las dietas, los medicamentos y la longevidad a cualquier precio testimonia nuestro permanente miedo a la muerte.


Estas facetas oscuras impregnan todos los estratos de nuestra sociedad y las soluciones que suelen ofrecerse a los excesos de la sombra colectiva, no hacen más que agravar el problema. Consideremos, por ejemplo, las atrocidades cometidas por el fascismo y el autoritarismo en Europa -intentos reaccionarios de solucionar el desorden social, la decadencia y la permisividad de la época o el moderno resurgimiento del fundamentalismo religioso y político que se extiende por doquier y que, en palabras de W. B. Yeats, ha «desatado la anarquía sobre el mundo». 
A esto se refería Jung cuando decía: «Hemos olvidado ingenuamente que bajo el mundo de la razón descansa otro mundo. Ignoro lo que la humanidad deberá soportar todavía antes de que se atreva a admitirlo».

Ahora o nunca

Desde tiempo inmemorial la historia nos evidencia las plagas de la maldad humana. Naciones enteras han caído en ataques de histeria colectiva de dimensiones devastadoras. Hoy en día el aparente final de la guerra fría nos coloca en una situación excepcionalmente esperanzadora. Por primera vez las naciones parecen reflexionar sobre sí mismas y tratan de cambiar de rumbo. El siguiente artículo, citado por Jerome S. Bernstein en su libro Power and Politics, es sumamente elocuente a este respecto. El 11 de junio de 1988 el Philadelphia Inquirer comentaba del siguiente modo la noticia del gobierno soviético anunciando la suspensión temporal de los exámenes de historia en todo el país: 

La Unión Soviética anunció ayer la suspensión de los exámenes finales de historia de más de cincuenta y tres millones de estudiantes arguyendo que los textos de historia habían envenenado con mentiras «las mentes y los cuerpos» de generaciones enteras de niños soviéticos.
Isvestia, órgano oficial del gobierno, afirmaba que esta decisión excepcional pretende acabar con la transmisión de mentiras de generación en generación, un proceso que originó la consolidación de un sistema político y económico estalinista al que los actuales líderes quieren poner fin.
«La culpabilidad de quienes han engañado de ese modo a generaciones enteras... es inconmensurable», rezaba uno de los titulares del artículo. «Hoy estamos recogiendo los amargos frutos de nuestra propia lasitud moral, estamos pagando por la conformidad y el silencio aprobador que tanto nos avergüenza y que impide que podamos mirar a la cara y responder sinceramente a las preguntas de nuestros hijos».

Esta admirable confesión pública de toda una nación jalona el final de una era. Según Sam Keen, autor de Faces of the Enemy, «las únicas naciones seguras son aquellas que recurren de manera sistemática a la vacuna de la libertad de prensa y en la que se desoyen los gritos emponzoñados que apelan al "destino divino" y la paranoia santificada». Hoy en día el mundo se mueve en dos direcciones aparentemente opuestas, una de ellas se aleja de los regímenes fanáticos y totalitarios mientras que otra se dirige hacia ellos. Ante tales fuerzas nos sentimos impotentes o experimentamos una sensación de culpabilidad por nuestra complicidad inconsciente en la situación en que se halla inmerso nuestro mundo. Hace ya más de medio siglo que Jung describió explícitamente la naturaleza de este vínculo: «La voz interna pertenece a la conciencia cualesquiera sean los sufrimientos de la totalidad -sea cual fuere la nación o la humanidad de la que formemos parte. El mal se presenta pues en forma individual y debemos comenzar suponiendo que sólo constituye un rasgo del carácter individual». 
Sólo disponemos de una forma de protegernos de la maldad humana representada por la fuerza inconsciente de las masas: desarrollar nuestra conciencia individual y social. Si desperdiciamos esta oportunidad para aprender o fracasamos en actualizar lo que nos enseña el espectáculo de la conducta humana perderemos nuestra capacidad de cambiarnos a nosotros mismos y, consecuentemente, de cambiar también al mundo. El mal permanecerá siempre con nosotros lo cual no significa, sin embargo, que debamos tolerar sus desmesuradas consecuencias. 
En 1959 Jung dijo: «Es inminente un gran cambio en nuestra actitud psicológica. El único peligro que existe reside en el mismo ser humano. Nosotros somos el único peligro pero lamentablemente somos inconscientes de ello. En nosotros radica el origen de toda posible maldad». 
Walt Kelly, el dibujante de Pogo, dijo simplemente: «Hemos encontrado al enemigo, somos nosotros mismos». Hoy en día debemos renovar el significado psicológico de la idea de poder individual. La frontera para enfrentarnos a la sombra se halla -hoy como siempre - en el interior del individuo. 

Recuperar la sombra

El descubrimiento de la sombra tiene por objeto fomentar nuestra relación con el inconsciente y expandir nuestra identidad compensando, de ese modo, la unilateralidad de nuestras actitudes conscientes con nuestras profundidades inconscientes. 
Según el novelista Tom Robbins «descubrir la sombra nos permite estar en el lugar correcto del modo correcto». Cuando mantenemos una relación correcta con la sombra el inconsciente deja de ser un monstruo diabólico ya que, como señalaba Jung, «la sombra sólo resulta peligrosa cuando no le prestamos la debida atención». 
Cuando mantenemos una relación adecuada con la sombra reestablecemos también el contacto con nuestras capacidades ocultas. El trabajo con la sombra -un término acuñado para referimos al esfuerzo constante por desarrollar una relación creativa con la sombra- nos permite:

  •          Aumentar el autoconocimiento y, en consecuencia, aceptamos de una manera más completa.
  •          Encauzar adecuadamente las emociones negativas que irrumpen inesperadamente en nuestra vida cotidiana.
  •          Liberamos de la culpa y la vergüenza asociadas a nuestros sentimientos y acciones negativas.
  •          Reconocer las proyecciones que tiñen de continuo nuestra opinión de los demás.
  •          Sanar nuestras relaciones mediante la observación sincera de nosotros mismos y la comunicación directa.
  •          Y utilizar la imaginación creativa -vía sueños, pintura, escritura y rituales - para hacernos cargo de nuestro yo alienado.


Quizás... quizás de ese modo dejemos de oscurecer la densidad de la sombra colectiva con nuestras propias tinieblas personales. La astróloga y analista junguiana británica Liz Greene señala la naturaleza paradójica de la sombra como depositaria de la oscuridad y baliza que jalona el camino hacia la luz. En su opinión: «El lado enfermo y doliente de nuestra personalidad encierra simultáneamente a la sombra oscura que se niega a cambiar y al redentor que puede transformar nuestra vida y modificar nuestros propios valores. En cierto modo este redentor es anormal porque lleva consigo algún tipo de estigma. Por ello puede descubrir el tesoro escondido, salvar a la princesa o matar al dragón. La sombra es, pues, al mismo tiempo, aquello a redimir y el sufrimiento redentor».



[Extraído de: Connie Zweig y Jeremiah Abrams (Coord.) (1992). Encuentro con la Sombra: El poder del lado oscuro de la naturaleza humana. Barcelona: Kairós. Introducción. ]

Extracción hecha por:
Lic. Wladimir Oropeza H.
Psicólogo – Profesor universitario