"Mira a tu alrededor: lo que le has hecho a la sociedad, lo has hecho primero dentro de tu alma; la una es la imagen de la otra. Esta lamentable ruina que es ahora tu mundo, es la forma física de la traición que cometiste con tus valores, ... tu futuro, tu país y contigo mismo. Has sacrificado tus virtudes en provecho de tus vicios, y a los mejores hombres en provecho de los peores."
Ayn Rand
El Principio de la Proyección nos enseña cómo la realidad tiene una función especular importantísima: reflejar lo que las personas, en última instancia, vierten desde su psique más profunda, más allá de lo que declaran en sus discursos. Y si hay un ámbito donde hemos experimentado un divorcio crónico es en el de los políticos que hemos tenido. Es un ámbito donde no hemos querido ver nuestro reflejo: lo que nuestras escogencias políticas reflejan de nosotros.
Ser político en nuestra sociedad es tanto una oportunidad de realizar valores y creencias que promuevan crecimiento humano y social, como también una forma históricamente conocida de "trepar" hacia posiciones donde se materializarán forma disfuncionales de relacionarse con los bienes públicos (concepción del botín, del saqueo, de la piñata o de la rebatiña, y no falta la concepción dadivosa y pródiga de quien se sienta el héroe salvador de turno) y con el resto de la sociedad (motivación al poder, muy presente en nosotros los venezolanos, comúnmente ligado a modelos autoritarios y personalistas).
He podido apreciar con gusto una clasificación de los corruptos en el libro "Fabricantes de miseria". En general, como los autores dicen, la experiencia de la mayoría de las sociedades ha sido de desilusión respecto a los políticos, ya que no se dedican a administrar e invertir de manera eficiente los bienes públicos sino que han manifestado patrones históricamente reconocibles.
Están los que abiertamente hacen cualquier cosa por apropiarse de los bienes del Estado, desangrándolos hasta más no poder. Ejemplos de éstos que los autores mencionan son los Salinas (Carlos y Raúl Salinas de Gortari, México, siendo Carlos el último presidente en contar con "partidas secretas") o de Alan García (Perú), el ecuatoriano Bucaram y el guatemalteco Serrano.
Están los corruptos que usan al Estado como botín para comprar conciencias (sic). Este tipo de político complace los requerimientos abusivos y, por ende, corruptos de algunos sectores que lo apoyaron con su voto, para "ganarse sus favores". Dicen que este tipo de corrupción es silenciosa, porque el que da la carta blanca "no se mancha las manos", al no quedarse con parte del botín. "Es el político al que no le interesa el dinero o el lujo, se coloca más allá del bien y del mal, pero tolera y hasta estimula la corrupción de sus subordinados". Como ejemplo de este tipo mencionan a Joaquín Balaguer (corrupto incorruptible de República Dominicana).
Acá ellos hacen un comentario que comienza a dejar entrever la dimensión especular de los políticos respecto a la sociedad: "El asunto es peliagudo, porque en Iberoamérica ... estamos ante un fenómeno de descrédito generalizado de los políticos, como consecuencia, entre otras razones, de las desvergüenzas que hacen los gobernantes para complacer a un electorado que, simultáneamente, los premia y los condena por las mismas razones. Los eligen para que otorguen prebendas y los desprecian cuando las distribuyen. De ahí que en épocas de bonanza nuestras sociedades no sean muy críticas con la deshonestidad de los políticos. Si reparten, hasta lo reeligen sin miramientos".
Esto es un fenómeno que me hace recordar una época en la que en nuestro país se comentaba mucho que con los adecos (AD) se vivía mejor que con los copeyanos (COPEI), porque al menos aquellos robaban y repartían más. Clara indicación de los valores reinantes y que no se asumen ni se comentan como fenómeno de reflejo.
Los autores dice algo que para mí es una realidad, entre otras, no superada, aunque sea históricamente añejada: desde el tiempo en que se fundó Latinoamérica, la relación que había con el Estado era de ser un botín que permitía un rápido saqueo y enriquecimiento. "La sociedad -la clase dirigente- vivía del Estado y no al revés, que es lo conveniente". No eran figuras públicas que hicieran crecer la prosperidad económica, sino que se dedicaban a dilapidar, y este comportamiento ha quedado arraigado en nuestra psique colectiva. Y lo peor era que en los tiempos de la república y de la democracia las sociedades, más allá de sus discursos "conscientes", más que demandar transparencia, honestidad, pedían sus "tajadas, privilegios, porciones del botín". Esto, entonces, no ha cambiando mucho, como muy recientemente se decía respecto a los adecos (y no sólamente aplica para ellos). Y dentro de los militantes del partido reinante y sus simpatizantes, que tal vez no puedan llegar muy arriba, muchos quieren al menos conseguir un puesto de trabajo "seguro" para ellos y sus familiares. Esto es un rasgo de nepotismo que todavía prevalece en nosotros, aunque lo disfracemos de motivación a la afiliación -que es una motivación muy fuerte en nosotros, junto a la de poder-.
A estas alturas se evidencia algo que, insisto, no queremos ver como parte de la proyección de nuestros complejos ideoafectivos (para decirlo en términos jungianos) o de los antivalores relativos a la prosperidad (aunque se pudieran ver como valores desde el punto de vista afiliativo, familiar, pero que a la final resulta perjudicial) contenidos en nuestra inferioridad o yo inferior (nuestra sombra): "Los políticos latinoamericanos no son más ni menos corruptos que las sociedades en las que actúan. Aquí no hay víctimas y victimarios, sino un triste sistema de complicidades en el que los méritos personales suelen tener menos calado que los enchufes y las palancas. Sólo que este clientelismo envilece el aparato de gobierno hasta hacerlo prácticamente inservible". ¿Llegaríamos a decir que este es un fenómeno sólo presente en los políticos de turno y no en la mayoría de las personas que conforman la sociedad? ¿Quién diría que el clientelismo y la camaradería ha desaparecido de nuestro país?
Ya han existido intelectuales, como Uslar Pietri (1975), que nos han invitado a tomar consciencia de este fenómeno especular-proyectivo:
"El caudillo histórico fue la fuerza autóctona que llenó el vacío de poder. [Hispanoamérica] produjo de hecho... una forma de organización que estaba en pugna con los ideales republicanos a la europea, pero que correspondía profunda y estrechamente a [su] estructura económica y social... ¿por qué y cómo surgieron hombres como Don Porfirio, como Rosas, si no reflejaban el sentimiento, las inclinaciones y el ser interior de una mayoría de sus pueblos, si no eran en el más exacto concepto, intérpretes, representantes y personificaciones del más fuerte sentido colectivo existente para la hora?"
Este es el estilo de mando que todavía pervive en el mundo político (donde el personalismo campea a sus anchas; y un ejemplo del caudillismo con nuevos ropajes se observa en el mundo interior de los partidos: ¿quiénes y cómo se escogen a los candidatos generalmente?), en el mundo de las muchas empresas familiares, empresas del estado, etc. Este es el estilo de liderazgo que muchos jefes y gerentes, públicos y privados, todavía reproducen, como si su área de influencia fuera una hacienda. ¿Y respecto a nuestros presidentes? Echemos una mirada a nuestra historia... Pero lo que no concientizamos, es que el caudillismo es una manera de ser que palpita en nuestro inconsciente colectivo y emerge cuando se dan las condiciones posibles para su manifestación, por ejemplo, al llegar el caudillo en potencia a un puesto público donde tenga una cuota de poder.
Y para concluir:
"No es nada fácil romper este círculo vicioso. Supongamos que un político honrado y moderno, sabedor de estas dolorosas verdades, decide hablar claro y en lugar de prometer colocaciones, promete establecer una administración basada en el mérito, el concurso y la utilización cuidadosa de los bienes públicos, ¿lograría el apoyo de la ciudadanía? ¿Votarían los latinoamericanos, especialmente en los países más pobres, por políticos que ignoren las necesidades materiales de sus correligionarios de partido? Probablemente tendrían grandes dificultades en salir electos porque inmediatamente entrarían en conflicto dos sistemas de valores contradictorios que suelen anidar en nuestras sociedades. Teóricamente creemos en la equidad, la meritocracia y el imperio de las reglas justas, pero simultáneamente cultivamos la lealtad al amigo en desgracia y el otorgamiento de privilegios y el trato de favor como forma de mostrar nuestra solidaridad y nuestro poder. De donde se deduce una incómoda lección: es probable que nuestros políticos se hayan ganado a pulso la mala imagen que les endilgamos. Pero es seguro que cada pueblo tiene los políticos que se merece. Que nos merecemos, que nos hemos buscado".
Hemos tenido en Venezuela, por ende, debido a nuestros valores conscientes e inconscientes, los políticos que hemos tenido, y la contracara de éstos (muchos de los actuales que critican a aquellos), en quienes se aplica lo de "los extremos se tocan".
De acuerdo al pensamiento inicial, nuestra alma se ve reflejada en la sociedad que hemos construido.
"No es mirando a la luz como se vuelve uno luminoso, sino vertiendo luz en la propia oscuridad."
Carl Gustav Jung
“… un complejo (trozo de historia) que no se reflexiona, es decir, que no se hace consciente, se repite y aparece en nosotros con potencial destructivo.”
Rafael López-Pedraza
Wladimir Oropeza H.
Psicólogo clínico / Asesor vocacional
Bibliografía:
- López-Pedraza, R. (2000). Ansiedad cultural. Caracas: Festina Lente.
- Rand, A. (2005). La rebelión de Atlas. Buenos Aires: Grito Sagrado.
- Mendoza, P.A., Mnaner, C.A. y Vargas Llosa, A. (1998). Fabricantes de miseria. Políticos, curas, militares, empresarios, sindicatos... (2da ed). Barcelona: Plaza & Janés.
- Uslar Pietri, A. (11 de mayo de 1975). "El caudillo ante el novelista". El Nacional, Caracas. [Citado en Carlos Rangel (1992). Del buen salvaje al buen revolucionario.]
Orlando Tipismana Neyra
Y ¿Cómo los ciudadanos desarrollamos conciencia de nutrir y fortelecer a ese estado de esa necesidad? Siempre me ha intrigado ¿Cuál es nuestra responsabilidad?
Hace 23 horas · Me gusta
Partiendo de que la orientación política está fundamentada en una doctrina democrática, participativa y protagónica,
tal como lo establece nuestra constitución, la responsabilidad de los ciudadanos es muy amplia y compleja. Primero, en el seno familiar,
se debe aplicar un estilo autoritativo, democrático, donde los integrantes del grupo vayan interiorizando valores, convenciones, etc.
que les permita comportarse como hombres y mujeres libres, responsables, solidarios, tolerantes, entre otras cosas.
Segundo, que esas enseñanzas alcanzadas en el hogar, se apliquen en los otros contextos de desarrollo, como la escuela,
la comunidad vecinal, etc. Mientras más democráticos, participativos y protagónicos de nuestra educación seamos, más mensajes
le estamos enviando al estado, en cuanto a que la doctrina que éste pregona es la que nos hace libres. También, que cuando el
ciudadano considere que el estado no está cumpliendo con la doctrin ajustada a lo que la constitución dice, seamos activos en reclamar
que se retome el camino. Por el momento esto es lo que se me ocurre. Pues, si bien creo y defiendo el estado docente, me parece que
la responsabilidad de la educación es de todos, aunque los lineamientos deben venir del estado.Hace 22 horas · ·
cumpla con sus mandatos (gobierno). ¿Porqué dejamos que estos gobiernos de turno, tomen decisiones -populistas, autoritarias-
clientelistas, etc- con el objeto de sesgar ese mandato.? Sostengo que a la luz de las evidencias, los ciudadanos mejor informados hoy
que ayer, debemos asumir nuestro rol, de pasar de un elemento pasivo a activo de la toma de decisiones de nuestro estado para que
un determinado gobierno las cumpla. Acá en Perú las personas han tomado decisiones más en función de su responsabilidad, las
decisiones de elegir a alguien está dada por su exclusión, que si bien es cierto esa exclusión no se jusitifica, su voto es muy es
desinformado sobre lo que realmente les puede beneficiar. Un ejemplo es la llamada "pensión 65" fracasado incluso en los países
desarrollado. Nadie puede tener pues una pensión sin haber producido. Salvo que sean personas en condiciones desiguales, del cual
no es el caso en Perú. Esa supuesta población desplazada tiene más tierras que cualquier ciudadano medio que tiene una profesión.
varias instituciones que conforman el estado y que deben velar por el cumplimiento de la misma. Desde mi punto de vista, las personas
han sido muy activas para ir a favor o en contra de lo estatuido, o por lo menos, de la interpretacón que hacen de lo estatuído.
Tal es el caso que, hasta un golpe de estado, muy breve, afortunadamente, ha resultado. También, un golpe petrolero, un golpe
económico, etc. y una situación de confrontación muy difícil. El gobierno, con todas sus contradiciones, errores, omisiones, ha tratado
de ser respetuoso de las instituciones, aunque habrá otras personas que no lo consideran así y que no son mayoría, como lo intentan
hacer ver. Generalmente, de manera equivocada, se considera a un gobierno populista, cuando atiende las necesidades de las
mayorías excluídas. Yo no lo considero así, Aquí se está tratando de proporcionar las mismas condiciones, para que se pueda optar
por la igualdad de oportunidades. Posiblemente, porque las personas están mejor informadas que ayer, es por lo que son muy
participativas en la toma de decisiones. Antes, la mayoría de las personas de mi país eran invisibles, hoy son vistas, oídas y participan
enla construcción de una sociedad más inclusiva. Con relación a su país, no suelo hablar de lo que ocurre afuera, sólo me gustaría
que se integrara más a latinoamerica y que el gobierno que Ustedes elijan, sea el que realmente le de respuestas a todos los que
conviven en ese lindo país.
dentro del estado, lo único que hemos visto es que, le Reforma Agraria en nuestro país, ha hecho más pobres a los pobres y ahora
no tienen tierra tuvieron que venderla, porque no los educaron, no los entrenaron. Los tienen, los "oportunistas" aquello que
justamente decían ser muy virtuosos en su defensa del desposeído. Se han combatido las grandes mineras estos años. Hoy, tenemos
minería informal de tal magnitud, que lo único que hemos logrado es más contaminación de la que ya antes había. Quienes han
promovido la "inclusión social", han motivado mayor exclusión social. En fín, habría un sinnúmero de experiencias que decir. Y, sin
olvidar sobre la educación, se habla de cero analfabetismo, pero ese proceso de alfabetización es básico, no sostenible y desfasado.
Se habla de mejora en la educación de calidad, solo es un discurso. Ni hablar. Dejemóslo ahí. No conozco la verdadera realidad de
otros países, dado que un publicación periodística no necesariamente refleja la realidad tal como se debiera ver. Pero el tema es muy
agudo y preocupación genera.
día pueda tener una visión más cercana a la realidad de mi país, de la que suelen reflejar los medios. Saludos.
nunca se pensdaron que funcionarian, esa era la idea el engaño y la metira de la cuarta republica. Hoy el cambio esta en la revolucion
y los valores cambiaran caiga quien caiga.
era la que nos garantizaría la conformación de una sociedad más justa, solidaria, colectiva. No esa educación neo-colonialista,
donde sólo se valoraba el arte, la ciencia,etc. de Europa y se descalificaba u omitía lo nuestro. Estoy de acuerdo con Usted, hoy
intentamos el cambio estructural, no una simple reforma.
y que éstos hagan realidad esa línea, así como entiendo que en Brasil se han mantenido ciertos proyectos nacionales que iban más
allá de las posiciones políticas de los gobiernos, porque había un interés nacional, más allá de las diferencias. No creo que sea así
todavía en Venezuela, donde la división deja a las claras la permanencia de ciertos patrones psicoculturales, como el de todo lo anterior
es malo, sin permitirse ver lo positivo y desechar lo que no ha dado resultados. Ni qué decir de la falta de visión sobre los aspectos
profundos que nos han llevado a naufragar en nuestros proyectos nacionales. Al decir que debería haber una línea educativa,
me refiero a la visión de los grandes estrategas de las políticas educativas, y a buena parte de los sectores sociales apoyando y
asumiendo su cuota parte en lo referente al núcleo familiar. Pero no es así todavía. En el estudio "Detrás de la pobreza" de la UCAB,
todavía se ve que nos falta mucho, aunque una de las principales instituciones que medio prepara para los valores de la modernidad
es cierto porcentaje de la familia venezolana.
la polaridad etnocentrista extrema (hipervalorización, distorsionada, de lo proipio, como ocurre con nuestra historia, y desvalorización
de lo ajeno). Seguimos, a mi parecer, oscilando desde un extremo a otro, sin resolver nuestras polaridades. La emergencia de
la imagen del héroe en nuestra psique colectiva, con su carga de titanismo y psicopatía, ha cobrado una dimensión tremenda,
que ha traído como fenómeno positivo el interés de muchos (me incluyo) por nuestra historia (más allá de los rasgos anteriores,
de la imagen ideologizada de lo bolivariano). Lo comunitario (que ya se venía trabajando desde la IV República, como evidencia los
múltiples trabajos de Maritza Montero y otros psicólogos sociales) ha adquirido una mayor relevancia, y esto es algo positivo, a pesar
de la igual emergencia de antivalores en este proceso, por parte de gestores gubernamentales y de algunos consejos comunitarios,
en aras de reproducir ese patrón todavía tan enquistado en nuestra relación con el dinero público: el botín.
nosotros desde la práctica su viabilidad con respecto a experiencias similares en mucho de los objetivos (como pasó en la URSS,
en Alemania, en Chica, en las Coreas y sus obvias diferencias, en Chile con la experiencia de Allende, en Argentina con Perón, etc.),
sobre todo desde las polaridades psicoculturales no resueltas y los antivalores en torno al hecho productivo, al dinero, al trabajo,
al estilo de gerenciar, y todos esos aspectos muy directamente ligados con la prosperidad económica, que forman un aspecto básico
de la felicidad. No tenemos "conciencia de fracaso" sobre las variables internas que arrastramos desde la colonia y las cuales no
hemos logrado resolver. Que ha habido exclusión, al igual que mucha externalidad, desvalorización de lo propio y actitud de
saqueadores (Ayn Rand) a todos los niveles. Nuestros valores predominantes, que tienen mayor peso que nuestro pasado
(hay países que también fueron colonizados y hoy por hoy tienen una sociedad más organizadas y con mayores niveles de vida)
y que los factores exógenos (la existencias de países dominantes), son los que tenemos que revisar: "De vez en cuando hay que
hacer una pausa, contemplarse a sí mismo sin la fruición cotidiana, examinar el pasado, rubro por rubro, etapa por etapa, baldosa
por baldosa... y no llorarse las mentiras, sino cantarse las verdades" (Mario Benedetti).
por la unificación, por la inclusión. Tanto en psicología "abisal" como en física se sabe que el buscar establecer un polo con exclusión
del otro, generará una reacción opuesta de igual magnitud (y actualmente lo que ha acontecido es un cambio de papeles, de lugares
protagónicos, pero manteniendo la misma dinámica profunda). Esto que vivimos me parece la lógica reacción a tanta exclusión que
evidencia parte de la enfermedad colectiva no concientizada, pero tampoco es el remedio, como se ha evidenciado en otros países
que han hecho intentos similares, y ya estamos sintiendo en los varios años que ya llevamos. Felicito a los peruanos, porque según
por lo muy poco que he leído, están logrando un nivel de participación en el mejoramiento de su economía y de la sociedad. Que la
libertad de conciencia, más allá de las ideologías colectivizantes, se realice en nuestro país, Venezuela.
a Venezuela, como lo que menciona sobre la Reforma Agraria y sus resultados y lo que terminaron haciendo aquellospropugnadores
de ideologías colectivistas que resultaron ser saqueadores, como los desnuda Ayn Rand en su novela "La rebelión de Atlas". Le
confieso que antes era un defensor de dichos enfoques socializantes, pero ahora he podido abrir mis ojos al adquirir una nueva
perspectiva desde la cual mirar este fenómeno, y apreciar las semejanzas estructurales y coyunturales en la historia mundial e
hispanoamericana. Sigo considerando que una Economía Social debe ser considerada, como la aprendí con García Bacca en sus
"Tres ejercicios filosóficos-literarios de Economía", y que un enfoque más acorde para ello sería el propuesto por la Economía
Humanista, tal como la expone el economista mexicano Boltvinik (ver http://myblog-wladimirorop
y este pensamiento, porque desde el enfoque Humanista de Maslow me preguntaba:
eza.blogspot.com/2011/04/s
obre-la-economia-social-y-
la_19.html
¿y cómo estimular a la toma de conciencia de los Valores-del-ser de un colectivo?, ¿cómo hacer el Estado que la sociedad concientice
sus mejores valores y los realice en su practica social y económica para crecer en prosperidad y felicidad? La respuesta es la educación.
Ahora, la pregunta es cuál debería ser el nivel de conciencia de los gestores y promotores de ese proyecto educativo?, ¿y del
personal gubernamental que lo instrumente?
será porque siempre hemos luchado por una sociedad más humana, más justa, más equitativa. También, porque pensamos que
todo cambio no debe venir de afuera, debe partir de adentro, de nuestros fueros internos. Connocernos como hemos sido,
conocernos como lo que hoy somos. Tomar conscientcia de que debemos cambiar. Con respecto las sociedades colectivistas,
yo creo que no es la doctrina política la que está equivocada, son los hombres que liderizan su aplicación, los que han tergiversado
su aplicación, terminando siempre en simples reformas, pinceladas, pero no cambios estructurales. Por eso, siempre han resultado
un fracaso. Yo confio en que algún día la utopía se hará realidad, pues nunca estaré del lado de sociedades como las nuestras,
donde el terrible individualismo, consumismo, intolerancia hacia las divergencias, desprecio por los excluídos sean las que siguen
rigiendo nuestras vidas. Un saludo y muchas gracis por tus bien fundamentados comentarios.