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Sócrates, recordando la sentencia del dios Apolo, inscrita en la entrada del Templo de Delfos

"No es mirando a la luz como se vuelve uno luminoso, sino vertiendo luz en la propia oscuridad."
Carl Gustav Jung

"En general, los hombres no quieren que se les enseñe a pensar bien; prefieren que se les diga qué han de creer."
K. Gunnar Myrdal

"Una virtud básica del hombre es el pensamiento. ... Y tu vicio básico, la fuente de tus males, es ese acto antiético que algunos practican pero que no desean admitir: el acto de dejar la mente en blanco; la voluntaria suspensión de la propia conciencia, la negación a pensar; no la ceguera, sino el rechazo a ver, no la ignorancia, sino el rechazo a conocer."
Ayn Rand. La rebelión de Atlas.

"No querría con esta obra ahorrar a los demás el que piensen; al contrario, si fuera posible, querría incitarlos a pensar personalmente."
Wittgenstein

jueves, 7 de abril de 2011

Sobre la economía social y la prosperidad: una perspectiva desde la psicología humanista y la economía moral. Parte I

"El objeto de la política social debe ser la promoción del florecimiento humano"
Dieterlen

Luego de releer algunos capítulos de "La rebelión de Atlas" y del "Manual del perfecto idiota latinoamericano", quiero compartir con ustedes algunos pensamientos constructivos.

La libertad es la base de la creatividad y la prosperidad. Y sin la acumulación de capital humano (talentos-fortalezas, conocimientos, destrezas...), social y financiero, no hay desarrollo, ni, por ende, prosperidad. 

Porque si bien hay que buscar establecer una economía social (en la que la prosperidad llegue a la mayoría, como nos recuerda filosóficamente García Bacca; y que la mayoría aprendamos a generar prosperidad, como Ramses complementa) en libertad, el hecho es que si no producimos, ¿qué se va a repartir? ¿Qué es lo que cada cual va a obtener para satisfacer sus necesidades, como resultados de la aplicación de sus capacidades? Hasta Jesucristo dijo respecto a cómo es el Cielo y a aquellos que no producen según sus talentos: "Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene cinco talentos. Porque a cualquiera que tuviere [produjere] le será dado y tendrá más, y al que no tuviere [no produjere], aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadlo en las tinieblas de afuera..." (Mateo, 25:14-30). No es con la política de Robin Hood que crearemos un país próspero, sino con el conocimiento y desarrollo de nuestras necesidades y capacidades, como lo dejó bien en claro Marx (y lo recalca Boltvinik, economista mexicano), postura que no se ha aprendido en muchos de los ensayos económicos socialistas latinoamericanos (a diferencia de Chile y Brasil, ¿y qué están haciendo ellos de diferente, entonces?). Es necesario ir más allá de la noción de "lucha de clases", y aprender que empresarios y trabajadores, dueños de empresas y empleados, "ricos y pobres", se necesitan mutuamente para que en base al mutuo reconocimiento de cada uno, intercambiando valor por valor, en paz y armonía ecológica, saquemos adelante el país: ésta es la dialéctica a la cual hay que atender, por parte de empresarios, políticos y el resto de la sociedad.

Y al publicar esto no pretendo generar odios ni mucho menos, como lo vivimos actualmente en la Venezuela polarizada, sino exponer una tesis: La Economía Social ("Vuestro Padre que está en los Cielos hace que el sol salga sobre malos y buenos y llueva sobre justos e injustos" Mt, 5:45) presupone la Economía Moral, necesariamente. La economía que genera prosperidad es aquella centrada en crear riquezas, partiendo de los talentos-fortalezas, como nos instan a hacer en la "Parábola de los Talentos" (Mt 25:14-30, versión de Valera y Reina). El que haya ricos avaros (que no son todos) no nos impide ver que hay personas pobres y de clase media vivarachos y aprovechadores, saqueadores de lo que producen los talentosos emprendedores, empresarios y productores en todos los niveles sociales. No es un problema de ricos vs pobres, si no de aprender, TODOS, a producir y a crecer en prosperidad física, psicológica, social, y, por ende, financiera. De comenzar a vivir, individual y colectivamente, desde valores que, como tales, contribuyan a poner en acción aquellas cualidades que nos permitan mantener, mejorar y perfeccionar nuestra vida individual y colectiva.

Conclusión: se trata de centrarnos en la autorrealización (Maslow) de las "fuerzas esenciales humanas" (Marx) anteriormente mencionadas (que se denomina actualmente "florecimiento humano": desarrollo y satisfacción de Necesidades / desarrollo y aplicación de Capacidades) en democracia, intercambiando valor por valor. Sin desarrollo  ni aplicación de las capacidades que cada cual tenga (talentos-fortalezas, conjugadas con conocimientos y destrezas, en roles laborales-profesionales acordes), ¿cómo lograremos satisfacer nuestras necesidades individuales y colectivas? La idea no es la igualación en la pobreza, sino el crecimiento de todos en la capacidad de generar riqueza (capital humano, social, psicológico, financiero, espiritual), de crear cada vez mayor prosperidad en todos los ámbitos de la vida humana.

Aprendamos y dediquémonos a administrar e invertir la abundancia, no la escasez, en paz, dando lo mejor de cada uno para con los demás (que es  el intercambiar valor por valor).

Wladimir Oropeza
Psicólogo clínico / Asesor vocacional

Bibliografía:
  • Apuleyo, P., Montaner, C., y Vargas, A. (1996). Manual del perfecto idiota latinoamericano. Barcelona: Plaza & Jánes.
  • Boltvinik, J. (09 de marzo de 2007). "Economía Moral / necesidades humanas". Rescatado de la web el 07 de mayo de 2010, de http://www.fondedeculturaeconomica.com/prensaImprimir.asp?art=5489
  • Dieterlen, P. (2007). "Cuatro enfoques sobre la idea del florecimiento humano". Desacatos, 23, pp.147-158.
  • García Bacca, J.D. (1983). Tres ejercicios literario-filosóficos de economía. Barcelona: Anthropos.
  • Maslow, A. (1990). La personalidad creadora. (4ta ed). Barcelona: Kairós.
  • Rand, A. (2005). La rebelión de Atlas. Buenos Aires: Grito Sagrado.

10 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Wlad. Buen artículo. Efectivamente la paz y la armonía son condiciones necesarias para lograr la prosperidad. Por el contrario, la polarización y la lucha de clases representan punzadas dolorosas al corazón progresista de las personas; que permanecen tristemente enfocada en la búsqueda insensata y estresante de culpables, espías y enemigos; en lugar de sus propios sueños y metas.

Un punto más, en cuanto a la frase "que la prosperidad llegue a la mayoría" preferiría que fuera, "la mayoría que alcance la prosperidad"

Maribel Padrón Viaje a mi interior dijo...

Me parece interesante que abordes el tema de la responsabilidad de esta manera, a ver si con los efectos materiales (monetarios) que nos producimos nos damos cuenta.

Quería comentarte que esa actitud de Robin Hood, es toda una filosofía de vida, hace poco me enteré que la escuela filosófica que apoya esta visión del mundo es la "escuela de la ética teleológica que sostiene que un acto es malo o bueno en función de la bondad o la maldad de su resultado" (Marinoff, 2007, p. 122), lo que quiere decir que la tendencia filosófica, con respecto a la ética, con la que se identifican los venezolanos es la teleológica.

Nota: No me incluí al final a propósito.

Fuente: Mariboff, Lou (2007). Más Platón y menos Prozac. Barcelona: B.

Wladimir Oropeza dijo...

Gracias Ramses por tus comentarios.

No es mediante la búsqueda de culpables, incluso desde una óptica paranoica, que saldremos adelante, sino haciéndonos cargo de nuestros sueños, como bien dices, aprendiendo a vivir desde nuestros más altos valores y nuestros talentos.

Y te compro la sugerencia: "que la mayoría alcance la prosperidad" suena más cónsono con los planteamientos que hago, si bien no dejo de reconocer que en nuestras sociedades existe cuotas de exclusión, pero que no me parecen sea provechoso querer superarlas igualando por lo bajo.

Wladimir Oropeza dijo...

Bel, el tema de la responsabilidad es importante y no por ello menos delicado. Resumo mi posición hasta ahora diciéndote que es una responsabilidad tanto de índole social-institucional como individual. Considero que en parte es válida la tesis de cómo las condiciones de vida influye en la mentalidad, pero ello no elimina la responsabilidad individual, porque cada cual debe hacerse cargo del logro de su felicidad. Es un error, a mi parecer, pretender que la propia felicidad depende de otros. Esto es algo que elaboraré de manera más detallada en otro artículo.

Sobre el planteamiento ético, me gustaría poder clarificar un poco más la posición para opinar sobre tu comentario.

Wladimir Oropeza dijo...

Comnentario publicado en Facebook sobre el tema.

Yolemar Hernandez Hernandez: Te felicito buen análisis y comparación sobre este aspecto de fortalezas, talento, desarrollo social y prosperidad. Todo lo creado por Dios es perfecto y hasta las escrituras nos llaman a reflexionar, sobre nuestra actitud para evolucionar en la vida, personal, espiritual y materialmente. Pr.6:6 Vé a la hormiga, oh perezoso; observa sus caminos y sé sabio. Ella no tiene jefe, ni comisario, ni gobernador; pero prepara su comida en el verano, y guarda su sustento en el tiempo de la siega.
En otras palabras el resumen de la buena mayordomía es que las personas deben de trabajar todo lo que puedan, ganar todo lo que puedan, ahorrar todo lo que puedan y dar todo lo que puedan. Dios es un Dios que abunda, que nos dotó de los dones necesarios para vivir conforme a su voluntad, desarrollarnos, ayudar a otros no como vagabundos sino enseñandoles como prosperar, para que todos podamos vivir en verdadera igualdad de condiciones y tengamos lo necesario para vivir y estar bien. Saludos amigo!
Ayer a las 9:40 · Me gusta

Wladimir Oropeza Así es querida Yolemar! Respaldo tu punto de vista: nada de concebir la vida de la escasez como virtuosa. Me gustaría que este mismo comentario lo coloques en mi blog, en un artículo donde desarrollé un poco más estos comentarios. Y un fuerte abrazo!

Wladimir Oropeza dijo...

En una publicación en Facebook, relativo al problema de la pobreza y a su asociación con el neoliberalismo, escribí:

En parte sí lo relaciono con aspectos del capitalismo en su versión neoliberal (y la forma inadecuada de implementarlo, debí haber agregado), pero me parece que hay otros aspectos no asumidos, relativos a nuestra cultura, con independencia del sistema económico. Ya hemos vistos lo que reveló la caída del muro de Berlín y de la URSS, entre otros casos, sobre nuevas variantes de popularizar la pobreza. Apunto a un sustrato más profundo, donde si bien las condiciones materiales de vida, las socioeconómicas, influyen, no lo explican todo. Porque si no, no existiera la resiliencia, por ejemplo. Eso por un lado, porque por el otro la pregunta que me parece crucial es: ¿a qué le rendimos culto en nuestro fuero interno?, ¿qué nos palpita en el alma? Creo que nos urge una toma de conciencia colectiva de nuestros valores y antivalores, y un reenfoque individual y colectivo, partiendo de nuestros complejos históricos. Y esto no es una panacea, sino una de las condiciones que considero necesaria.

Complementando mi comentario anterior, podríamos preguntarnos: ¡todos los países donde se han aplicado políticas neoliberales han tenido el mismo resultado que el ocurrido acá? ¿En cuáles no y por qué? En caso de haberlos... Si esto es así, entonces otras variables serían las que tienen mayor peso.

Y dejo establecido que considero necesario tomar lo mejor de los diversos sistemas políticos y económicos que nos atañen. No me encasillo en ninguno.

Yoleher dijo...

Te felicito buen análisis y comparación sobre este aspecto de fortalezas, talento, desarrollo social y prosperidad. Todo lo creado por Dios es perfecto y hasta las escrituras nos llaman a reflexionar, sobre nuestra actitud para evolucionar ...en la vida, personal, espiritual y materialmente. Pr.6:6 Vé a la hormiga, oh perezoso; observa sus caminos y sé sabio. Ella no tiene jefe, ni comisario, ni gobernador; pero prepara su comida en el verano, y guarda su sustento en el tiempo de la siega.
En otras palabras el resumen de la buena mayordomía es que las personas deben de trabajar todo lo que puedan, ganar todo lo que puedan, ahorrar todo lo que puedan y dar todo lo que puedan. Dios es un Dios que abunda, que nos dotó de los dones necesarios para vivir conforme a su voluntad, desarrollarnos, ayudar a otros no como vagabundos sino enseñandoles como prosperar, para que todos podamos vivir en verdadera igualdad de condiciones y tengamos lo necesario para vivir y estar bien. Saludos amigo!

Jesús Ruiz dijo...

Hay condiciones naturales en la mayoría (o la totalidad???) de los seres humanos: Sacar el mayor provecho para sí mismo de cualquier circunstancia en la que se esté. Y eso aplica por igual a ricos, pobres, empresarios y asalariados. El empresario no es malo en sí mismo porque explote y no se "autoregule" en sus apetencias para favorecer al desposeído. El asalariado no es malo porque se rebele contra su explotador o porque se aproveche de un descuido de su jefe para llevarse algunas pertenencias de la empresa. Simplemente esa es la naturaleza humana. Cuando la misma persona se encuentre en cualquiera de las dos posiciones actuará, probablemente, según el libreto que dicta su circunstancia. El camino a la prosperidad individual y colectiva está ligada, necesariamente, a la posibilidad de que cada quien desarrolle a plenitud las capacidades de que dispone.

Wladimir Oropeza dijo...

Gracias Jesús por tu comentario.

Tu posición me hace recordar mucho a la postura budista, que mira lo que acontece sin crear calificativos, sino aceptando lo que existe tal como es.
Lo que sí resulta deseable es que aprendamos a adquirir conciencia de los resultados que obtenemos con nuestro accionar, y desarrollar una conciencia sistémica, ecológica de vida: en lo familiar, social, político, económico, organizacional, etc. Ella sería una base adecuada para que establezcamos interrelaciones de intercambio de valor por valor, o ganar-ganar, apoyándonos entre todos a que cada quien desarrolle su potencial.
ME gusta tu cierre, y lo complementaría así: el camino a la prosperidad individual y colectiva está ligada a la responsabilidad que cada cual asuma de desarrollar sus necesidades y capacidades, y que hayan instituciones que fomenten este proceso.

Wladimir Oropeza dijo...

Hoy en día prefiero hablar de Economía Humanista (siguiendo los planteamientos del economista mexicano Julio Boltvinik, expuestos en la tercera entrega de este tema) que de Economía Social, ya que este enfoque de lo social ha padecido, creo, una tergiversación en nuestras sociedades latinoamericanas, al polarizar la visión no sobre la totalidad, sino sobre una parcela: los excluídos, colocándolos puramente como víctimas que deben ser tomandos en cuenta (cosa que es justa y necesaria para progresar como sociedad) con exclusión ahora de otros grupos sociales. Es decir, más de lo mismo, pero con otra faz: los extremos se tocan.
Además, la Economía social me parece centrarse en el tema económico de la distribución, sin resolver el de la productividad. Y sin incremento de la productividad (y tomo el término no sólo en su sentido económico de crecimiento en productos y servicios, sino en el sentido frommniano de realización de las potencialidades humanas en un nivel óptimo), ¿cómo carrizo puede resolverse la distribución en términos humanistas?